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La decisión radica en los asuntos y retos internos que debe asumir el país, relacionados a la sostenibilidad fiscal.
“El Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables informa que el Gobierno ecuatoriano ha decidido dejar de pertenecer a la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), desde el 01 de enero de 2020”. Así comienza el comunicado de cuatro párrafos con el que el Gobierno de Ecuador anuncia su salida de la organización petrolera mundial.
Ecuador es el socio más pequeño de la OPEP con una producción de 531.480 barriles diarios de crudo, comparado con los 10 millones diarios que entrega Arabia Saudita, el primer productor del grupo.
El anuncio finaliza con un mensaje amistoso de despedida. «Deseamos éxito a la OPEP en la continuación del importante trabajo que ha venido realizando desde 1960 en beneficio de los países productores y los países consumidores de petróleo».
POR QUÉ LA SALIDA
La OPEP está en unas de sus peores crisis a raíz de la reducción de los precios del crudo debido a la abundancia de oferta especialmente por parte de los Estados Unidos con sus yacimientos no convencionales que lo han convertido en el primer productor mundial superando a Arabia Saudita.
El grupo ha buscado en reiteradas ocasiones recortar sus cuotas de producción al mercado para lograr que el precio suba. Sin embargo, esto no ha ocurrido.
En ese marco, Ecuador está en sentido contrario. Está buscando incrementar su producción por necesidad fiscal y para ello debe ampliar su frontera productiva petrolera. Estar atado al grupo y a sus cuotas de producción restringidas le podría impedir tomar decisiones soberanas en esa línea.
En 2017 ya Ecuador sobrepasó la cuota asignada de producción de crudo debido a la crisis económica y fiscal que afectaba al país.
Según publica BBC Mundo, “el anuncio de salida de la OPEP se produce en medio de los planes del presidente Lenín Moreno de revertir las políticas económicas implementadas por su antecesor, Rafael Correa, quien tomó la decisión en 2007 de reintegrar al país sudamericano a la alianza exportadora”.
Ecuador pidió en febrero una autorización a la OPEP para elevar su producción de crudo por encima de la cuota que le correspondía, sin que las autoridades hayan comentado sobre los resultados de la solicitud.
Ecuador ingresó a la OPEP en 1973, pero suspendió su membresía en 1992. En 2007, volvió a tener participación activa hasta ahora. Analistas coinciden que la salida de la OPEP no tendrá mayores repercusiones contrarias ni en el grupo ni en la economía ecuatoriana.
En el mismo comunicado, el ministerio sectorial apunta que “la decisión radica en los asuntos y retos internos que debe asumir el país, relacionados a la sostenibilidad fiscal. Esta medida se alinea con el plan del Gobierno nacional de reducción de gasto público y generación de nuevos ingresos”, puntualiza.
Este es el segundo país que sale de la OPEP en un año. En 2018, Qatar anunció su retiro de la organización, la cual se hizo efectiva en enero de este año.
El único país del continente americano que permanece en el grupo es Venezuela con una producción cada vez más reducida por la profunda crisis política y económica que agobia a este país desde hace varios años.
Con 15,3 millones de barriles al día y una producción 17% superior en 2018 respecto a 2017, Estados Unidos lidera la producción mundial de crudo, sobre todo gracias a la tecnología del fracking con la que produce los llamados shale oil (crudo no convencional) mediante fracturación hidráulica de la roca productora.
QUÉ ES LA OPEP
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue fundada en Bagdad, Iraq, con la firma de un acuerdo en septiembre de 1960 por cinco países: la República Islámica de Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela. A estos países se unieron luego Qatar (1961), Indonesia (1962), Libia (1962), Emiratos Árabes Unidos (1967), Argelia (1969), Nigeria (1971), Ecuador (1973), Gabón (1975), Angola (2007), Guinea Ecuatorial (2017) y Congo (2018). Desde 1965 tiene sede en Viena, Austria. Actualmente produce alrededor de 39 millones de petróleo diario, un 41.5% de la producción total de petróleo en el mundo, con datos a 2018.