Se importaron 2.880 MW por hora de energía desde Bolivia y 100 MW por hora de electricidad desde Chile. El martes pasado, la demanda subió a 21.678 MW, esto representó una demanda de 1.242 MW, 114 de los cuales cubrió Bolivia.

Frente a las bajas temperaturas que se registraron en gran parte del país y la limitación de la generación local para cubrir el pico de demanda eléctrica, el gobierno debió importar energía desde países limítrofes para cubrir el pico de consumo. El lunes pasado se importaron unos 1200 megawatt (MW) desde Uruguay, Bolivia y Chile, reportó el portal argentino  Econojournal.

En el primer trimestre del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país exportó energía por un valor de dos millones de dólares a ese mercado y en 2023 un valor total de 5,56 millones de dólares.

De acuerdo con Econojournal, la mayor parte de esa energía adquirida por Cammesa —la compañía encargada del despacho de energía y administradora del Mercado Eléctrico Mayorista— provino desde UTE, la empresa generadora de electricidad que controla el estado uruguayo, que vendió hacia la Argentina energía termoeléctrica generada en un ciclo combinado y un restante desde parques eólicos. Una parte de esa energía se importó a 80 dólares por megawatt por hora (MWh) y 500 MW termoeléctricos generados en ciclo combinado y motores, a 210 dólares por MW por hora, según informaron a ese diario argentino fuentes al tanto de la transacción.

Además, se importaron 2.880 MW por hora de energía desde Bolivia y 100 MW por hora de electricidad desde Chile. El martes pasado al mediodía la demanda se ubicó en 21.678 MW, y la importación significó un 6% en la matriz de generación eléctrica. Esto representó una demanda de 1242,6 MW, 1071 MW provenientes de Uruguay, 114 de Bolivia, 28 MW de Chile y 28 MW de Paraguay.

Esta situación llevó a que se pague a un valor superior por la energía por el hecho de importarla. Esto es así porque el costo de producción de energía en la Argentina en mayo se ubicó en torno a los 85 dólares. Y ahora el Gobierno llegó a abonar hasta 210 dólares por MW por hora, es decir, casi dos veces y medio más.

Desde Brasil no hubo importación debido a las inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, que provocaron que la infraestructura eléctrica se encuentre en una condición crítica, con decenas de líneas de transmisión fuera de servicio, lo que a su vez impactó en el la gestión del Sistema Argentino de Interconexión Eléctrica (SADI). Aun así, se estima que Brasil liberaría aproximadamente 1000 MW.

Inicio de exportación

El 13 de marzo de 2023, Bolivia comenzó a exportar energía eléctrica a la Argentina a través de la Línea de Transmisión “Juana Azurduy de Padilla” en 132 kilovoltios (kV).

En ese entonces se informó que a través de ENDE Transmisión Argentina S.A., filial de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE Corp.), Bolivia alcanzó a inyectar 913 megavatios hora (MWh) de energía en un día, con una potencia de 60 MW, para abastecer a regiones del norte en el vecino país con electricidad generada desde la Planta Termoeléctrica del Sur (Tarija).

Para este proyecto se construyeron 120 kilómetros de líneas de transmisión y las subestaciones Yaguacua, en el lado boliviano, y Tartagal, en el lado argentino, que tienen capacidad para inyectar hasta 120 MW; además, de puestos de transformación de 150 MVA de potencia (3×50 + 1×50 MVA) en 230/132 kV, instalados en la subestación Yaguacua para reducir el nivel de tensión de 230 kV a 132 kV.

La expectativa del Gobierno era generar un excedente de 1.000 a 2.000 millones de bolivianos de ingresos, dependiendo de los precios.

Fuente: Visión 360