El ex secretario de Planeamiento Energético habló sobre las oportunidades y desafíos del sector, haciendo hincapié que el potencial de la industria dependerá en gran parte de Vaca Muerta.
Las proyecciones de crecimiento de la industria hidrocarburífera para los próximos siete años son alentadoras. Argentina muestra hoy un mapa de potencial energético muy diverso que incluye las operaciones en Vaca Muerta en la cuenca neuquina; el shale de Palermo Aike en la cuenca Austral; el offshore en el mar argentino; el litio en el norte, y las renovables junto con el hidrógeno en el sur.
Para Daniel Dreizzen, director de Ecolatina, la ventana de oportunidad que se abre para el sector es muy importante y más aún su impacto en la economía local.
«Estamos en un escenario de producción de 630 mil barriles/día de petróleo. Argentina puede duplicar este número para 2030, lo cual implica que Vaca Muerta triplique su productividad. El año que viene ya se habla de un superávit energético en la balanza comercial de más de U$S 3000 millones. Con el proyecto de la planta de LNG en marcha para 2040 el saldo positivo rondaría los U$S 66 mil millones», expresó.
Y puntualizó que «con las reservas actuales de Vaca Muerta, el país puede consumir petróleo por más de 90 años y más de 250 años de gas».
Para alcanzar semejante objetivo planteó una serie de argumentos estructurales: mayor competitividad, operaciones financieras normales y estables para la industria, financiamiento, infraestructura de evacuación y nuevos mercados, y finalmente disponibilidad de equipos y repuestos y precios.
«Necesitamos más renovables, gasificar la economía, aumentar las exportaciones de crudo a Chile y las de gas al mercado regional, y normalizar el marco regulatorio con leyes que permitan que el país pueda exportar litio, hidrógeno y LNG al mundo y convertir a Argentina en un proveedor confiable de energía», afirmó.
Según Dreizzen, el país tiene la oportunidad de ser una de las cinco economías más importantes del mundo si la energía sigue creciendo en una macroeconomía sin sobresaltos.
«En el año 2000 producíamos más petróleo que ahora y sin Vaca Muerta. Este año vamos a llegar a los U$S 10 mil millones de inversiones en petróleo y gas, pero todavía estamos lejos de Brasil que invertirá más de U$S 20 mil millones», señaló.
Sobre el escenario de transición energética, el especialista ponderó el rol de las renovables en el país, y en especial las ventajas que hoy ofrece la energía eólica con factores de carga que hoy superan el 65%, lo cual permite que con la misma inversión se obtenga el doble de producción.
No obstante, mencionó que el gran problema de este tipo de energías es la falta de almacenamiento, “para lo cual consideró al hidrógeno como la posible solución integral que permitiría reemplazar al gas en distintos usos y convertirse en un elemento clave en la transición energética”.
Fuente: Mejor Informado