Esta industria irá por la solar y la biomasa para buscar reducir sus costos.
Los productores avícolas del país sostuvieron reuniones la semana pasada con el ministro de Hidrocarburos y Energía, Franklin Molina, en las que se avanzó en una agenda para que el sector incorpore fuentes energéticas renovables en sus actividades.
Se proyecta implementar tres proyectos piloto de sistemas fotovoltaicos en tres departamentos del país. También se plantean evaluar el uso de biogás para conocer las ventajas económicas del ahorro en el gasto por consumo de energía y del importe facturado.
“Hubo mucha apertura del Ministerio de Hidrocarburos y Energías en el sentido de fomentar la producción avícola a nivel nacional. Fue una reunión con muy buenos resultados. De hecho, vamos a firmar un convenio para iniciar con las plantas piloto e instalar los paneles solares”, afirmó ayer Winston Ortiz, presidente de la Federación Nacional de Avicultores de Bolivia.
De acuerdo con datos proporcionados por este gremio, en Bolivia hay 2.397 granjas de pollo. De éstas, 2.114 son de pequeños productores, 191 de medianos y 92 de grandes productores.
Los paneles fotovoltaicos para este tipo de rubro se pueden utilizar mediante la generación distribuida, tal como establece el Decreto Supremo 4477. Un boletín de prensa del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, en diciembre de 2021, indica que una familia puede ahorrar hasta 40% en electricidad. Esto se alcanza utilizando el sistema en la categoría de nanogeneración, que estipula dicha norma. La Autoridad de Fiscalización de Electricidad y Tecnología Nuclear (AETN) hizo los estudios respectivos.
El sector avícola podría implementar estos proyectos dentro de las categorías de microgeneración y minigeneración. Esto abarca desde los 10 kilovatios (kW) hasta los 350 kW de potencia instalada con paneles solares. Esto resulta especialmente atractivo para los pequeños y medianos productores, que verían reducir sensiblemente los montos de sus facturas de energía eléctrica.
Ortiz añadió que cada ciudadano boliviano consume en promedio 42 kilos de pollo al año. Por tanto, el mantenimiento del precio se traduce en un beneficio para el bolsillo de la población.
Molina sostuvo reuniones con los productores avícolas la semana pasada, con el objetivo de avanzar en esta agenda. El sector es potencial sensible debido al alto consumo de sus productos.
Fuente: La Razón