su factura en un mes frío (en que consume 95 metros cúbicos) escalaría de $ 2.700 a $ 3.900, según manifestó el Poder Ejecutivo. El Estado también presentó una propuesta más onerosa para los fondos públicos. Implica mantener los subsidios tal como están hasta ahora. La secretaría de Energía no aumentaría el costo del gas que pagan los hogares. El Tesoro seguiría subsidiando el 67% del precio de ese insumo en las boletas. Eso costaría más de $ 440.000 millones, según las proyecciones oficiales. En el medio, hay otros dos escenarios más, de quitas parciales.
En uno de ellos, el aumento en el costo del gas es del 33%. La suba en las boletas es del 6% al 16% en los montos finales. En el otro, el precio que se paga por el gas se eleva un 66%. Allí, la suba en las facturas es del 28% al 36%. En caso que le recorten un tercio de la subvención al gas, un hogar N1 -ingresos altos- abonará $ 5.700. Y en caso que le disminuyan dos tercios de esa subvención, la boleta sería de $ 6.500. Los sectores bajos serán los menos afectados por la decisión que tome Energía en relación a los cuatro escenarios presentados.
En el invierno, pagará $ 2.600 con un consumo de 95 metros cúbicos. Con un quita total de subsidios, subiría a $ 3.000, es decir $ 400 más. Cerca de 2,8 millones de hogares con acceso a la red de gas -la mitad- es caratulado como N2, de ingresos bajos. El resto (casi otros 2,8 millones) se dividen entre segmentos N1 y N3.
La imposibilidad de acceder al «dólar ahorro» -una de las condiciones para preservar los subsidios- movió a hogares de «Ingresos medios» a pasarse a la categoría «alta» para poder preservar el acceso al billete estadounidense.
Fuente: Agencias