En un acuerdo sin precedentes, Shell, Raízen, Hytron, Universidade de São Paulo (USP) y SENAI CETIQT invertirán en plantas dedicadas a la producción de hidrógeno a partir de etanol y una estación de servicio para autobuses que circulan en Cidade Universitária, en São Paulo.
El acuerdo, anunciado este jueves (1/9), prevé la construcción de dos plantas capaces de producir 5 kg/h de hidrógeno y, posteriormente, la implementación de una unidad 10 veces mayor, de 44,5 kg/h.
La propuesta es utilizar el combustible para reemplazar el diésel en uno de los autobuses que utilizan los estudiantes en el campus de la USP. El vehículo estará equipado con tecnología de pila de combustible.
Prevista para comenzar a operar el próximo año, la iniciativa quiere validar la tecnología para producir hidrógeno a partir de etanol; hoy, la mayoría de los proyectos están enfocados a la electrólisis con energía eólica o solar y están destinados a la exportación.
La producción a partir de etanol podría internalizarse y utilizarse para descarbonizar la industria local y el transporte pesado.
El biocombustible será suministrado por Raízen y la tecnología será desarrollada y fabricada por Hytron, del grupo alemán Neuman & Esser.
SENAI CETIQT brinda apoyo técnico y Shell proporciona financiamiento de alrededor de R$ 50 millones, a través de la cláusula de I+D de la ANP.
“Nos emociona ver que un proyecto que comenzó como un sueño de los estudiantes dentro de la universidad ahora se convierte en una solución de alto impacto para la transición energética del país y el mundo”, celebra Marcelo Veneroso, CEO de Hytron.
Solución logística. La producción vía biocombustible también busca dar respuesta al dilema logístico del hidrógeno. El combustible es altamente volátil y debe comprimirse o licuarse para almacenarse en cilindros o en remolques, lo que agrega costos a una solución que compite para ganar competitividad.
“La tecnología se puede instalar fácilmente en estaciones de servicio convencionales, lo que no requeriría cambios en la infraestructura de distribución, lo que garantiza que el hidrógeno estará listo para alimentar los vehículos de manera rápida y segura”, explica Alexandre Breda, Gerente de Tecnología de Bajo Carbono de Shell Brasil.
El grupo también está buscando socios que quieran aplicar la tecnología para descarbonizar otros sectores y así desarrollar un mercado para el etanol H2.
“El uso del hidrógeno no se restringe al sector transporte y beneficiará a otros segmentos del país, en lo que se refiere a la sustitución de fuentes de energía fósil”, agrega.
ambiciones La producción de hidrógeno a partir de bioenergía, como etanol y biogás, está prevista en el Plan Nacional de Hidrógeno (PNH2) del gobierno federal, cuyos lineamientos fueron lanzados hace poco más de un año.
Vale la pena mencionar: el PNH2 considera promover todas las rutas de producción, incluidas las fósiles. Una forma es producir hidrógeno reformando con vapor etanol y otros biocombustibles y biocapturando carbono (BioCCS).
La fórmula química del etanol, C2H5OH, muestra que tiene mucho hidrógeno. Según cálculos de la industria, 7,6 litros de etanol son capaces de generar 1 kg de hidrógeno.
Y la ambición va más allá del transporte pesado y la industria. Los productores de etanol también quieren difundir la alternativa en los vehículos ligeros, con la pila de combustible de hidrógeno compitiendo con la electrificación a través de baterías.
Fuente: epbr