Las bodegas de papel de EL COLOMBIANO acogieron el conversatorio “La digitalización, clave para la transición energética en América Latina”, el cual contó con el patrocinio de Huawei.Expertos del sector en la región y a nivel global participaron de forma presencial y virtual en este diálogo clave para conocer cómo la tecnología construye capacidades que generen optimizaciones y eficiencias en el mercado.

En la intervención inicial que dio apertura al evento, Ricardo Baquero, gerente nacional del Proyecto de Distritos Térmicos Colombia de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), comentó que la digitalización es pertinente para la transición energética en cuanto a que permita superar algunas de las barreras que impiden cumplir las metas en su avance, como por ejemplo la falta de información y comprensión del desempeño energético, que no permite entender bien cómo es el consumo, y los sistemas de monitoreo de dichos datos son deficientes o mal utilizados. “La transición energética no se limita solo a cambiar la fuente de la energía, también a hacer cambios en las tecnologías de conversión y del consumo final”, dijo Baquero.

La transición energética

En el siguiente segmento del conversatorio, el ministro de Minas y Energía de Colombia, Diego Mesa, indicó que la digitalización es fundamental como complemento para las políticas públicas que promulguen la transición energética, pero también para lograr que haya una optimización de la red eléctrica y que los usuarios se empoderen de su consumo.

“Ya contamos con sistemas voluntarios de medición inteligentes, y estamos avanzando en la regulación para dar un despliegue masivo. El objetivo es que la digitalización permee en temas como la comercialización y la facturación, y que en el futuro cualquier usuario pueda cambiar de prestador de energía, como ocurre hoy en las telecomunicaciones”, comentó Mesa.

Por su parte, Alexandra Planas, líder de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destacó que algunos países latinoamericanos tienen las matrices energéticas más limpias del mundo, como Costa Rica o Brasil, y la región en sí tiene un gran potencial, que podría ser explotada si hubiese mayor acceso a capital de inversión en tecnologías y digitalización para convertirse en líder de las energías renovables en el mundo.

“Esto puede convertirse en una nueva revolución industrial, aunque la digitalización en la región es lenta y heterogénea. Países líderes en este campo como Uruguay y México apenas tenían en 2019 una penetración de las mediciones inteligentes cercanas al 10 %, que en comparación con el promedio mundial, que es del 14%, y de algunos de los países desarrollados, que alcanzan el 50%, sigue siendo muy bajo”, apuntó Planas.

Como complemento, Fernando Branger, ejecutivo senior y coordinador de Especialistas de Energía del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), sostuvo que si bien la matriz de generación eléctrica de la región es “bastante verde”, no aplica igual en todos los países, y por ende es importante entender sus cualidades y particularidades para ver qué tanto avanza. En todo caso, Branger espera que dentro de una década “no sigamos hablando de digitalización, y en cambio sea algo tan natural que los temas a tratar en este asunto sean otros”.

Autonomía energética

Alex Santander, jefe de la División de Políticas y Estudios Energéticos Ambientales, Ministerio de Energía de Chile, apuntó en su participación que la tecnología es crucial para permitir que los usuarios tengan autonomía energética, y también para facilitar la operación de un sistema eléctrico “altamente” renovable en diez o quince años más, lo cual, en términos tecnológicos “es algo que ya está encima”.

En su país se actualizó en marzo de este año la política energética que tiene entre sus pilares la promoción de una matriz energética limpia, a partir de la cual pretenden lograr desarrollos en eficiencias energéticas y electromovilidad, con una pieza clave: el hidrógeno verde y sus derivados. Así esperan reducir la dependencia de los combustibles fósiles, ya que en la actualidad estos son, en palabras de Santander, el 75 % de su fuente de energía.

Por su parte, Brian Motherway, jefe de la División de Eficiencia Energética de la Agencia Internacional de Energía, hizo énfasis en la necesidad de que haya mayores avances en temas de educación tecnológica, de marcos legales y políticas públicas, para pasar de tener pequeños proyectos de escala mediana a otros de gran escala cuya trascendencia e impacto aumenté la incidencia de la digitalización en la transición energética.

“Hay muchos beneficios que brindan las tecnologías, como el empoderamiento de las comunidades, el control sobre los consumos, y que muchos electrodomésticos o aparatos se conectan a las redes, pero algunos de esos desarrollos no se entienden entre sí y eso no permite desarrollar el mercado. La tecnología debe mejorar nuestras vidas, no solo por el hecho en sí de incorporarla, sino para generar políticas públicas que amplíen el espectro y ayuden a atraer inversión y a proteger a los consumidores. Es pasar del discurso a la acción”, mencionó Motherway

MIGRACIÓN HACIA LO ¿DIGITAL

Johan Heyl, director de Soluciones Solares de Huawei, indicó que dentro de los estudios que la marca desarrolla en sus procesos de innovación, se ha identificado que al final de la presente década el 90% de las fuentes de energía eléctrica tendrán características digitales, con lo cual serán más accesibles de forma remota, brindando además mayor transparencia en el consumo. Agregó que el uso de tecnologías como la inteligencia artificial o el big data permitirá ir migrando a fuentes no convencionales de energías renovables, impulsado por la disponibilidad de políticas públicas que ayuden a su desarrollo.

Fuente: El Colombiano