Pese a las promesas del Gobierno, ven los retrasos y creen que la meta de llegar a construirlo para junio de 2023 se complica.
Yacimiento de Gas Natural tight y shale en Vaca Muerta. Foto: Andres D’Elia El gasoducto que conectará Vaca Muerta con Buenos Aires es una prioridad para el Gobierno, según sus funcionarios. Sin embargo, los obstáculos recientes hacen dudar al sector sobre su concreción en el plazo anunciado por el Poder Ejecutivo: mediados de 2023. Techint ganó el contrato de provisión de cañerías.
Pero necesita chapa que traerá de Brasil y esa operación aún no está concretada. La demora podría arrastrar a la obra civil, que se licitará en julio.
La cañería se tiene que entregar desde agosto, pero si esos tubos no están disponibles, las constructoras se verán imposibilitadas de avanzar en la obra.
También hay problemas para la compra de válvulas. Energía Argentina, la empresa estatal que lleva adelante el proyecto, declaró “desierta” la licitación, porque no encontró oferentes locales que se adaptarán a las especificaciones del pliego.
Entre las petroleras -que también son mayormente las productoras de gas- hay dudas sobre el cumplimiento de tiempos en el proyecto. La meta oficial -junio de 2023- les parece lejana. “Está claro que todos los tiempos están retrasados y eso impactará”, destacó un ejecutivo que sigue el día a día del gasoducto.
El Gobierno se ilusiona con tener listo el gasoducto para junio de 2023. En caso de lograrlo, podría ahorrar hasta US$ 1.500 millones en importaciones de GNL, ya que ese líquido se reemplazaría con gas de producción nacional.
Sergio Massa, presidente de la cámara de Diputados, afirmó que el gasoducto se terminará a tiempo. “Si bien es cierto que Energía y Economía parecen alineados en este proyecto, se ve que hay muchos cabos sueltos que impiden avanzar en los plazos que ellos se plantearon”, planteó otro referente energético, en una reunión informal con periodistas, que pidió no ser identificado.
“Cañerías y válvulas son el comienzo y no están saliendo. Imaginate cuando llegue la obra civil, que usualmente es la parte más complicada. Si el inicio viene trunco, me cuesta creer que el resto de la película mejorará rápidamente”, sostuvo otro ejecutivo de una compañía de petróleo y gas. Energía Argentina acordó que el ministerio de Economía, encabezado por Martín Guzmán, supervise las licitaciones de su comité evaluador. El ministro delegó la tarea en Darío Martínez, el secretario de Energía.
En menos de un mes, Energía Argentina -encabezada por funcionarios que se enrolan en el kirchnerismo- lanzará la licitación para la construcción de la obra: son 573 kilómetros que deben estar listos en junio de 2023.
Está previsto que el inicio sea en agosto. El presupuesto para esta tarea es de $ 220.584 millones (cerca de US$ 1.800 millones al tipo de cambio oficial).Todos los pliegos relativos a la construcción del gasoducto están publicados en la página web de la empresa.
Para llegar a junio de 2023, que es la meta propuesta por el Gobierno, habrá que construir 6 kilómetros por día, según estimaciones de una de las constructoras que quiere quedarse con la obra, como anticipó Clarín el domingo.Cada empresa interesada en la construcción debe presentar ofertas para, al menos, los cuatro tramos de la extensión. Sólo podrá resultar adjudicada en una de esas partes, a excepción de que haya empresas que se presenten en asociación y podrían acceder a hasta dos tramos en conjunto.
Fuente: Clarín