Expertos y directivos de las mayores empresas energéticas del país se reunieron este jueves convocados por El Cronista y la revista Apertura.
En el marco del rol central que tiene el sector energético en la economía argantiona, expertos del área y representantes de las principales empresas en el país se reunieron este jueves convocados en el Energy Summit organizado por El Cronista y la revista Apertura, en un debate amplio que destacó desde la trascendencia de la exploración offshore y las oportunidades de las energías renovables hasta el futuro todavía promodorio que tiene el gas en el marco de la transición energética.
En el panel enfocado en la exploración offshore y la transición energética, Fernanda Raggio, gerenta de Exploración de YPF, aseguró que la búsqueda en el Atlántico es «una gran oportunidad» por sobre todas las cosas en materia económica, pero también en cuanto a empleo calificado, ciencia y tecnología. En un mano a mano con Hernán de Goñi, director periodístico de El Cronista, Raggio apuntó que «la plataforma continental argentina es una de las más extensas del mundo que quedan sin explorar», y que los geólogos creen que allí puede haber una acumulación muy grande de hidrocarburos, no tanto como continuidad geológica del Presal frente a las costas de Río Janeiro, sino más bien por la similitud con las cosas de África, donde recientemente se confirmaron importantes descubrimientos.
«Estamos viendo que el proyecto Argerich, que es el que queremos perforar, podría duplicar el tamaño de YPF», destacó Raggio, que mencionó que el yacimiento Venus (Total), en África, tendría alrededor de 3000 millones de barriles, algo así como «tres YPF en un proyecto», y enfatizó: «Ésa es la escala de proyecto que creemos que tenemos que ir a buscar y que Argentina tiene una oportunidad de encontrarlo, para nuestra soberanía energética. Y sin duda, junto con Vaca Muerta podemos transformarnos en un país exportador de energía».
En la exploración de la Cuenca Argentina Norte, donde está el proyecto Argerich, realizarán instalaciones en el fondo marino y se va a usar un barco que es una unidad flotante y de tratamiento de la producción para exportar directamente desde ahí.
Éste punto, resaltó Raggio, es muy relevante por cuanto no habrá oleoductos, ni se llevará el fluido al continente. «Estamos a mucha distancia de la costa y directamente se exporta desde alta mar», remarcó.
La gerenta de Exploración de YPF dijo además que tienen expectativas sobre la exploración que se iniciará en Malargüe (Mendoza), donde la compañía ya sabe que la franja de Vaca Muerta llega hasta el norte del río Colorado y que hay «una área importante, de cerca de 100 kilómetros cuadrados», que tiene prospectividad.
Allí YPF tiene pensado hacer dos pozos exploratorios este año. Al potencial de Vaca Muerta también se refirió Nicolás Arceo, director de la consultora Economía y Energía, en el panel de «Energía estratégica», que incluyó también el debate sobre el aporte de energía renovables como la eólica y la solar.
«Hoy Argentina está produciendo casi 580.000 barriles día de petróleo, y 130 millones de metros cúbicos día de gas natural. Lo que tiene el sector carburífero argentino y en particular, la cuenca neuquina con el yacimiento de Vaca Muerta, es un potencial enorme en términos de desarrollo. Argentina hoy dispone, sólo en Vaca Muerta, de recursos de gas natural para abastecer al mercado local por aproximadamente dos siglos y un siglo en el caso del petróleo», explicó Arceo.
Y apuntó que «es un volumen de recursos muy significativo que quiebra la tradicional dicotomía que hubo en el sector hidrocarburífero argentino entre abastecimiento del mercado local y externo que se vivió en las últimas décadas».
Doris Capurro, fundadora, CEO y presidente de Luft Energía, destacó asimismo que, en momentos la renovada fuerza de la transición energética posiciona bien a la argentina porque tiene «el tercer mejor sol del planeta y los mejores vientos en la Patagonia». Capurro evaluó que las energías renovables «debieran hoy integrarse dentro de un plan energético nacional, tanto en la puesta y en la aceleración de la puesta en marcha de los recursos hidrocarburíferos y de ser posible, el gasoducto y las necesidades de infraestructura para que transformemos a la Argentina en exportadora de gas particularmente».
Esto en simultáneo con el desarrollo de «todo el potencial de energías renovables para lo cual también necesitamos infraestructura, como son las líneas de transmisión, que al igual que el gasoducto, están agotadas hoy y no pueden crecer». Isidro Baschar y Alejandro Estévez, directores de Nucleoeléctrica Argentina, se refirieron en tanto al desarrollo de la energía nuclear en el país y hablaron de los desafíos de gestionar las centrales nucleares nacionales Atucha I y II y Embalse, además de la futura construcción de Atucha III. Estévez destacó que la energía nuclear «no emite gases de efecto invernadero, es muy estable y tiene un alto factor de carga», lo que la hace «muy beneficiosa» en el contexto actual porque dan «previsibilidad y estabilidad tanto en lo que es precio como en generación, con cero emisión de gases de efecto invernadero».
Baschar, por su parte, destacó que «el año pasado, gracias a la generación del 7% de energía eléctrica a través de fuentes nucleares, Argentina evitó la emisión de más de 4,7 millones toneladas de dióxido de carbono», lo que contribuye a los estándares verdes de la transición energética.
En cuanto a Atucha III, Baschar apuntó que con su construcción se podrá «evitar usar, y liberar para la exportación, más de 2,6 millones de metros cúbicos de Gas Natural Licuado (GNL) anuales».
«Esto es algo que a nosotros nos da una ventana de oportunidad en términos locales para abastecer a nuestra población y, al mismo tiempo, trabajar en la balanza externa, que es algo que nos apremia como país», agregó para concluir al respecto. Santiago López, director de Legales de Compañía General de Combustibles (CGC), se refirió a las condiciones a desarrollar para el impulso de la industria del hidrógeno en el país y su potencial exportador para los próximos años. «Tenemos una visión de una Argentina exportadora de hidrógeno y sus derivados.
La idea es aprender un poco de lo que está pasando en estos lugares y buscar tecnología apropiada para los proyectos que vamos a encarar acá en los próximos años, porque entendemos que para llegar a los mercados en 2030 necesitamos empezar ahora», afirmó.
En cuanto a los factores que pueden facilitar la industria de hidrógeno a gran escala, López resaltó que hay dos factores que son fundamentales: «Uno es el acceso al financiamiento para acceder a la tecnología para llegar a los mercados internacionales con costos competitivos de los subproductos del hidrógeno. Otro es el marco regulatorio, que es trascendental en la estrategia que tenga el país y todas las empresas que quieran participar en este mercado que ya arrancó y que estamos un poco demorados». «Argentina tiene dos vías para el hidrógeno: una es el hidrógeno verde, que es producido con energías renovables o eólicas; y otra es el azul, que es producido con gas y con almacenamiento de CO2. El país tiene potencial para ambas.
Estamos hablando de inversiones de millones de dólares, muy similares al desarrollo a fines de los 60 y principios de los 70 con la industria del GNL. Para eso tenemos que tener proyectos exportadores con marcos regulatorios estables, simples y competitivos», explicó. Por último, el Director de Legales de CGC puntualizó en las condiciones más atractivas para llevar adelante este tipo de industrias: «Argentina tiene todos los recursos, pero nosotros estamos viendo la eólica.
Uno tiene que hacer un proyecto cerca de los lugares que pueda exportar. Tiene que estar cerca de los puertos para llegar rápido a los mercados internacionales. Estamos hablando de una visión exportadora. Lo bueno del hidrógeno es que puede valerse en cierta forma de la estructura existente, no necesita construir infraestructura nueva, aunque sería beneficiada por una ampliación de las mismas». Santiago Patrón, director de Comercialización y Midstream de E&P de Pampa Energía, puso el foco en las proyecciones de la compañía en materia de producción en el contexto del Plan Gas. Al respecto, señaló que Pampa Energía «viene creciendo en producción en los últimos dos años y para este invierno, que es el período mayo a septiembre llegó a una producción de 11 millones de m3 x día, que es el compromiso que había adquirido con el Plan Gas», un incremento del 60% en comparación al 2020 que vino dado especialmente por el desempeño del yacimiento modelo de Pampa, El Magrullo, que llegó a 8,5 millones de metros cúbicos y que va a terminar implicando inversiones por parte de la empresa de unos u$s 800 millones».
En cuanto al proyecto de construcción de una planta de licuefacción, Patrón consideró que «la exportación tiene un valor importante porque va a permitir que los productores produzcan gas todo el año» y es una oportunidad para la compañía para poder colocar parte de su producción de gas en mercados externos.
Y puesto a pensar en perspectiva a 10 años sobre dónde estará el mercado del gas en un mundo que había empezado a caminar hacia la transición energética, no dudó en mostrarse convencido de que el gas aún tiene mucho terreno por delante porque «es el combustible fósil más amigable y es además el combustible de la transición y va a ser necesario hacia la transición a un mercado energético 100% renovable».
Fuente: Cronista