Pretenden que los brasileños liberen a Bolivia los dos millones de metros cúbicos (2 Mm3d) que deben recibir, para que se los redirija al mercado argentino que paga cuatro veces por el GNL, que llega en barcos.El Gobierno argentino negocia con Brasil y Bolivia una mayor provisión de gas para evitar que haya cortes de electricidad en invierno. Martín Guzmán, ministro de Economía, y Daniel Scioli, embajador argentino en Brasil, se pusieron al frente del plan para evitar una crisis energética en ese país. El viernes Guzmán viajará a Brasil. Un día antes, el presidente de Bolivia, Luis Arce, llegará a Buenos Aires para hablar con su homólogo Alberto Fernández.
La perspectiva de un invierno con poco gas, cortes del fluido a la industria, pedidos de ahorro a los hogares, racionamiento al parque automotor a GNC y hasta posibles cortes de suministro eléctrico (el gas es la fuente primaria de más del 60% de la electricidad que genera la Argentina) puso en quinta velocidad la diplomacia energética del ministro Guzmán y el embajador argentino Scioli.
Brasil debe liberar a Bolivia
En su reciente viaje a Francia, donde logró prorrogar el pago de vencimientos con el Club de París, Guzmán asistió también a una reunión de la Asociación Internacional de Energía, donde tuvo varios encuentros bilaterales y uno de particular importancia, el jueves, con el ministro de Energía y Minas de Brasil, Bento Albuquerque, con quien conversó sobre la posibilidad de que Brasil libere hasta dos millones de metros cúbicos diarios del gas que le compra a Bolivia, para que el país del altiplano aumente sus ventas a Argentina, según un reporte de Infobae.
Las gestiones se habían iniciado en enero, cuando el Gobierno boliviano, a instancias del argentino, consultó al organismo brasileño que fiscaliza la provisión de gas si el gigante del Mercosur podía resignar los dos millones de metros cúbicos (2 Mm3d) que Bolivia redirigiría a la Argentina.
Eso, a su vez, permitiría disminuir las compras argentinas de gas natural licuado (GNL) por barco, mucho más caras. Por cuestiones de infraestructura, además, el gas que llega de Bolivia asegura un mejor abastecimiento de las provincias del noroeste, adonde no llega por gasoductos ni el gas de Vaca Muerta ni el que arriba como GNL por barco.
El jueves, un día antes, Guzmán acompañará al presidente Alberto Fernández, cuando éste reciba la visita del presidente de Bolivia, Luis Arce. Si todo sale de acuerdo a lo planeado, el aumento de la provisión de gas boliviano a Argentina auyentará buena parte de los temores sobre la provisión de gas y de suministro eléctrico durante invierno.
Pero para eso es clave algún tipo de permiso formal brasileño, de modo que Bolivia no aparezca incumpliendo sus obligaciones. Es lo que buscan asegurar el viaje de Guzmán y las gestiones de Scioli en Brasil.
Faltan algunos pasos para concretar el diseño en el que trabajan Guzmán y Scioli. En primer lugar, Brasil debe liberar formalmente a Bolivia de la obligación de proveerle la parte por la que aumentaría sus ventas a Argentina, algo que negocia el Estado argentino.
La importancia del gas boliviano para Brasil es cada vez menor. La capacidad de generación hidroeléctrica del socio mayor del Mercosur aumentó mucho con las últimas lluvias y Brasil ya venía achicando sus compras a Bolivia gracias al aumento de su producción de gas en plataformas offshore, explicó Gustavo Perego, director de la consultora Abeceb.
Oportunidad para Bolivia
Restan varios detalles por ajustar. El precio al que Bolivia venderá el gas a la Argentina el gas que no le venderá a Brasil. El contrato tiene cláusulas de delivery or pay, que impone multas en caso de incumplimiento. A Bolivia hasta podría convenirle pagar la multa, pero vender el gas más caro.
En cualquier caso a la Argentina le convendría, porque el precio promedio de la última compra de ocho barcos de GNL fue de 42 dólares el millón de BTU (unidad térmica británica, suerte de medidor de la calidad del gas), cerca de cuatro veces lo que Argentina paga por el gas a Bolivia.
El precio en el mercado internacional y el de las compras GNL fue aumentando a fines de 2021 y se empinó a partir de la invasión de Rusia a Ucrania, cuando los países europeos que dependía de Rusia salieron a contratar barcos para comprar el energético en altamar.
Bolivia proveedor
- Productor • El informe da cuenta que Bolivia “es un proveedor declinante y las sucesivas adendas al contrato original negociado con Néstor Kirchner en 2006, jibarizaron (redujeron) lo que a esta altura debería ser una provisión diaria de 27,7 millones de metros cúbicos diarios, como especifica la cláusula cuarta del acuerdo original firmado por el primer gobierno kirchnerista, cuando Alberto Fernández era jefe de gabinete.
- Acuerdo • “Imagino que Bolivia va a cerrar un acuerdo por alguna cifra superior a los ocho millones que ofrecían antes: 10, 12, 13, claro que ese excedente lo cobrarán al precio que se lo iban a vender a Brasil”, dijo Daniel Montamat, experto energético argentino.
Fuente: Página Siete