El encuentro en Estados Unidos entre Joe Biden e Iván Duque dejó varios temas en el tintero, como la ambición de Colombia de ser uno de los aliados que llene el vacío de los cerca de 100.000 barriles diarios que la potencia norteamericana dejará de importar desde Rusia como castigo a la invasión de ese país a Ucrania.
Duque aseguró que hoy en día Colombia tiene mayor capacidad de suministrar hidrocarburos que Venezuela y vaticinó que la industria nacional llegaría pronto a producir un millón de barriles diarios, muy por arriba de los 730.000 que en promedio se contabilizaron durante 2021.
Para analistas, aunque ambos se frotan las manos por ser el proveedor que reemplace a Rusia, la realidad es que ni Colombia ni Venezuela tienen una producción tan fuerte como para lograrlo.
Entre quienes lo creen así está Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía. “Por mucho tiempo se comentaba que Colombia y Venezuela se iban a nivelar con la misma producción; Venezuela ha estado bajando y Colombia subiendo, y hoy ambos están en alrededor de 750.000 barriles diarios (…) en el corto y mediano plazo ninguno está en condiciones de compensar ese crudo que Rusia exportaba a Estados Unidos”.
Aunque EE. UU. encabeza la producción de crudo en el mundo y de hecho sus importaciones desde Rusia solo representan 3%, elevar las ventas de crudo hacia allí parece difícil para Colombia. “El país produce hoy menos de 750.000 barriles, no porque quiere, sino porque no tiene posibilidades de elevar esa cantidad”, planteó Acosta.
Entre tanto, Venezuela, con todo y su potencial, tiene en abandono varios yacimientos y a eso se suma la falta de inversiones de PDVSA –su principal petrolera–, que a ojos de Acosta se volvió la “caja menor” de ese país para financiar los programas sociales.
Con esos escenarios, el exministro insistió en la dificultad de que ambos países aprovechen al máximo, no solo la oportunidad que se abrió en Estados Unidos, sino la bonanza que traerían los actuales precios del petróleo.
Estrategia de acercamiento
Santiago Ortega, director de Innovación en Emergente Energía Sostenible, consideró que más allá de abastecerse Estados Unidos ve esta ocasión como una oportunidad para acercarse a Venezuela y mitigar la presencia rusa en la región.
Es más, analizó que si esos acercamientos generan una buena señal económica Venezuela podría aumentar su producción en el mediano plazo. Dijo que aunque Estados Unidos podría compensar los 100.000 barriles a través de países árabes, lo que quiere ahora es mover el ajedrez político en Latinoamérica con esa necesidad.
De hecho, Venezuela no dejó pasar la oportunidad para “coquetear” con Estados Unidos. El presidente del vecino país, Nicolás Maduro, previó esta semana un incremento en la producción diaria de crudo hasta los 2 millones de barriles, lo cual implicaría un repunte de más de 100% frente a la capacidad actual.
En esa línea, The New York Times reportó que altos funcionarios de Estados Unidos viajaron esta semana a Venezuela para reunirse con el gobierno de Nicolás Maduro, buscando opciones para importar desde allí parte del petróleo que se dejará de traer desde Rusia.
Fuente: El Colombiano