Las inversiones serán vitales para expandir las operaciones mineras y cubrir la demanda de minerales en el mercado internacional.El cambio de matriz energética, a través de la implementación de plantas alternativas de generación eléctrica, así como la reducción de la demanda de fósiles, buscan reducir los efectos del cambio climático, y por ello que el proceso requerirá metales y minerales, pero la oferta no podrá cumplir con los requerimientos de las industrias, según un análisis de los economistas del Fondo Monetario Internacional, Nico Valckx, Martin Stuermer, Dulani Seneviratne y Ananthakrishnan Prasad.
Chile y Perú están en las estadísticas de proveedores para saciar la demanda de metales, pero los economistas también señalan que será difícil de cumplir con los requerimientos, puesto que el sector minero requiere de inversiones y tiempo.
Bolivia podría jugar un rol importante en la oferta de litio, pero los trabajos avanzan lentamente. En una oportunidad, en entrevista con este medio de comunicación, el analista del sector minero de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, señaló que los proyectos demoran mucho y tal vez no aprovechen los precios altos de los minerales.
Uno de ellos es la producción de litio, y está en proceso la construcción de la planta de cloruro de potasio, mientras Chile y Argentina ya ofertan la materia prima para las baterías de litio.
La minera San Cristóbal saca la cara por el país, al figurar entre las empresas que proveen de materia prima a los mercados, como la plata, zinc y el plomo.
Bolivia representa el 3,8 % de producción de zinc a nivel mundial, de cobre 0,04 %, de oro 0,6 %, de plomo 1,5 %, de estaño 6,2 %, de antimonio 1,7 % y de wolfran 1,3 %, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), difundido en 2018.
En un nuevo informe del Grupo Banco Mundial, difundido en mayo de 2020, se señala que la producción de minerales, como el grafito, el litio y el cobalto, podría experimentar un aumento de casi un 500 % de aquí a 2050, para satisfacer la creciente demanda de tecnologías de energía limpia.
Se estima que se requerirán más de 3.000 millones de toneladas de minerales y metales para la implementación de la energía eólica, solar y geotérmica, así como el almacenamiento de energía, para lograr una reducción de la temperatura por debajo de los 2 °C en el futuro, señala la entidad internacional.
Los expertos del FMI explican, en su artículo que la demanda de metales de la transición energética puede superar la oferta mundial actual, que un paquete de baterías de vehículo eléctrico típico, por ejemplo, necesita alrededor de 8 kilogramos (18 libras) de litio, 35 kilogramos de níquel, 20 kilogramos de manganeso y 14 kilogramos de cobalto, mientras que las estaciones de carga requieren cantidades sustanciales de cobre. Para obtener energía verde, los paneles solares utilizan grandes cantidades de cobre, silicio, plata y zinc, mientras que las turbinas eólicas requieren mineral de hierro, cobre y aluminio.
La publicación original fue publicada en su página web del FMI, y en ella señalan que las necesidades podrían hacer que la demanda de metales y los precios suban durante muchos años, como describen en un blog reciente basado en sus investigaciones para las Perspectivas de la economía mundial de octubre y un nuevo documento del personal técnico del FMI.
Los precios de los metales ya han experimentado grandes aumentos a medida que las economías se reabrieron, lo que destaca una necesidad crítica de analizar qué podría limitar la producción y retrasar las respuestas de la oferta, reflexionan.
LIMITACIONES
DE OFERTA
Según la hoja de ruta Net-Zero para 2050 de la Agencia Internacional de Energía, la proporción de energía renovable aumentaría desde los niveles actuales de alrededor del 10 % al 60 %, impulsada por la energía solar, eólica e hidroeléctrica. Los combustibles fósiles se reducirían de casi el 80 % a aproximadamente el 20 %.
Afirman que reemplazar los combustibles fósiles con tecnologías bajas en carbono requeriría un aumento de ocho veces en inversiones de energía renovable y provocaría un fuerte aumento en la demanda de metales. Sin embargo, el desarrollo de minas es un proceso que lleva mucho tiempo, a menudo una década o más, y presenta varios desafíos, tanto a nivel de empresa como de país.
Dado el aumento proyectado en el consumo de metales hasta 2050 bajo un escenario neto cero, las tasas de producción actuales de grafito, cobalto, vanadio y níquel parecen inadecuadas, mostrando una brecha de más de dos tercios frente a la demanda. Los suministros actuales de cobre, litio y platino también son inadecuados para satisfacer las necesidades futuras, con una brecha del 30 al 40 % frente a la demanda, alertan.
Para algunos minerales, las reservas existentes permitirían una mayor producción mediante una mayor inversión en extracción, como el grafito y el vanadio. Para otros minerales, las reservas actuales podrían ser una limitación para la demanda futura, especialmente litio y plomo, pero también zinc, plata y silicio, señalan los expertos del FMI.
Los analistas explican que se podría aumentar la oferta a través de la inversión, ampliar sus operaciones, pero también ingresa en el escenario el reciclaje de metales. La reutilización de chatarra solo ocurre a gran escala para el cobre y el níquel, pero ahora está aumentando para algunos materiales más escasos como el litio y el cobalto.
Los economistas alertan que la transición energética podría volverse más difícil si el país no puede expandir las operaciones mineras. Se aplican riesgos similares a China, Chile y Sudáfrica, que son los principales productores de algunos de los metales más cruciales para la transición energética. Las fallas o interrupciones en sus instituciones, regulaciones o políticas podrían complicar el crecimiento de la oferta.
Otra de las preocupaciones que señalan los expertos apunta al financiamiento, y sostienen que será insuficiente por los requerimientos que conlleva el desarrollo de los yacimientos, como temas ambientales, sociales y de gobernanza.
En el informe «Minerals for Climate Action: The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition» (Minerales para la acción climática: El uso intensivo de los minerales en la transición hacia la energía limpia) también se indica que, si bien las tecnologías de energía limpia requerirán una mayor cantidad de minerales, la huella del carbono relacionada con su producción «desde la extracción hasta el consumo final» representará apenas el 6 % de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las tecnologías basadas en combustibles fósiles.
En el informe se enfatiza la importancia que revestirán el reciclaje y la reutilización de minerales para satisfacer la creciente demanda de minerales. También se indica que incluso si se incrementaran en un 100 % las tasas de reciclado para minerales como el cobre y el aluminio, el reciclaje y la reutilización seguirían siendo insuficientes para satisfacer la demanda de tecnologías de energía renovable y almacenamiento de energía.
En la publicación se revela que algunos minerales, como el cobre y el molibdeno, se utilizarán en diversas tecnologías, mientras que otros, como el grafito y el litio, posiblemente sean necesarios solo para una única tecnología: el almacenamiento en baterías. Esto significa que cualquier cambio en la implementación de tecnologías de energía limpia podría traer consigo consecuencias significativas en la demanda de ciertos minerales. Fuente Banco Mundial.
Fuente: El Diario