La Cena Anual de las Energías 2021,remarcó el perfil hidrocarburífero de Bolivia sin desconocer el apabullante avance de las energías renovables a nivel global. La reactivación económica, desde el sector de la energía, fue un tema recurrente así como el de construir institucionalidad energética.

La inauguración estuvo a cargo de Miguel Castedo Suárez, Presidente del Consejo de Administración de CRE R.L., relievando la importante asistencia de los actores del sector energético al evento y señalando la necesidad de aunar esfuerzos para salir fortalecidos de la crisis provocada por la pandemia que afectó de manera particular al sector de la energía en Bolivia.

Un nuevo y urgente impulso a la exploración de los hidrocarburos y medidas más determinantes en el cambio de matriz energética para priorizar el uso de energías renovables, son las acciones que el Estado boliviano debe tomar para frenar las crisis económica y medioambiental que amenazan a todos los países, como parte de las secuelas provocadas por la pandemia del Covid 19.

Para esto es necesario que el Gobierno reactive la economía con políticas claras que incentiven y atraigan las inversiones nacionales y extranjeras, y que se busque la transición hacia las nuevas tecnologías y el uso de energías que permitan reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

Estas son algunas de las recomendaciones emanadas del panel de expertos desarrollado en la segunda Cena Anual de las Energías realizada por la revista ENERGÍABolivia, en Santa Cruz. El evento permitió reunir a empresarios, profesionales y otros expertos en temas de desarrollo, hidrocarburos, electricidad, energías renovables y economía, en el hotel Marriott. Los participantes destacaron la importancia del encuentro como un espacio necesario para hablar, debatir y analizar la situación del país a tiempo de dar pasos hacia la construcción de una institucionalidad energética.

RETOS Y DESAFÍOS

La directora de la revista EnergíaBolivia y organizadora del encuentro, Vesna Marinkovic, destacó la importante asistencia de representantes del sector energético, como una genuina muestra de la preocupación que existe frente a los desafíos que se deben enfrentar en el marco de una crisis sanitaria mundial cuyo final todavía no está claro.

“El propósito de este encuentro es promover el suministro y uso sostenible de la energía. Pensamos que este es el momento para hacerlo porque el mundo está frente a retos y desafíos complejos, difíciles de manejar, agudizados por la extraña pandemia que nos azota en medio de una nueva revolución industrial; la cuarta esta vez, que demanda nuevas materias primas, nuevos productos, nuevos servicios, nuevas habilidades, muchísimo ingenio y mucha capacidad de resiliencia”, dijo a tiempo de lamentar la ausencia de representantes del Gobierno.

Del panel de expertos, moderado por Julio Silva, Gerente de Cooperación, Sostenibilidad e Innovación en CAINCO; participaron cinco invitados: Juan Carlos Peña, Gerente de Proyectos de Energía de Siemens; Cristóbal Roda, presidente del Ingenio Sucroalcoholero Aguaí; Michael Mechlinski, coordinador del Programa Energías Renovables y Eficiencia Energética (PEERR) de la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ); Sergio Arnéz, jefe de proyectos de Guabirá Energía y Álvaro Ríos, analista y consultor del sector de hidrocarburos.

La inauguración estuvo a cargo de Miguel Castedo Suárez, Presidente del Consejo de Administración de CRE R.L., relievando la importante asistencia de los actores del sector energético al evento y señalando la necesidad de aunar esfuerzos para salir fortalecidos de la crisis provocada por la pandemia que afectó de manera particular al sector de la energía en Bolivia.

En la apertura del foro destacó la presencia del economista Mauricio Medinaceli, quien afirmó que Bolivia necesita un nuevo gran proyecto nacional, como el proyecto de exportación de gas a Brasil, gestado en 25 años y con la participación de cinco presidentes de Bolivia, entre los años 70 y 90, y que ahora significa más del 50% del crecimiento de la economía del país, en los últimos 15 años.

“No fue un camino fácil, pero fue un verdadero proyecto nacional, el eje angular de 25 años de política nacional. Este proyecto significa la mitad del crecimiento económico de Bolivia en los últimos 15 años. Si Bolivia pasa de ser un país de ingresos pobres a ingresos medios es gracias a este proyecto, si el país tiene la ‘bolivianización’ de la moneda es gracias a este proyecto, si están en Bolivia el top 10 de empresas del mundo en hidrocarburos, es gracias a este proyecto’’, dijo al reiterar que es urgente un nuevo proyecto y acuerdo nacional de esa magnitud para no permitir que el marco institucional logrado se destruya.

CAMBIOS TRAS LA PANDEMIA

En opinión de Juan Carlos Peña, el sector energético tiene hoy una gran oportunidad porque todos los gobiernos están diseñando planes para reactivar las economías previendo grandes inversiones. “Pero, ahora toca decidir si se reactiva la economía haciendo lo mismo del pasado o si se priorizarán las tecnologías que aceleren la transición energética”, sostuvo en clara alusión a la importancia de las energías renovables en el nuevo tablero energético global.

“Creo que nadie puede negar que las energías renovables son un fantástico motor de desarrollo y crecimiento y es, posiblemente, uno de los pocos caminos que tenemos para combatir el calentamiento climático que se nos viene encima”, afirmó el experto de Siemens. Acotó que para crecer, ante las amenazas de la pandemia, el Gobierno tiene que dar las condiciones; la seguridad jurídica para captar inversión no sólo local, también externa, y para esto se debe tener proyectos claros e impulsar emprendimientos privados.

“Hoy en día 70 a 71% de nuestra producción está basada en termoeléctricas, 30% en renovables y lo cierto es que Bolivia y la región tienen un gran potencial para convertirse no sólo en generadores de energía renovable sino también en productores de hidrógeno que, desde la perspectiva nuestra, es el futuro”, afirmó.

Resaltó que Bolivia tiene áreas privilegiadas para la generación fotovoltaica con índices superiores a los de cualquier otro lugar del mundo, destacando que tiene buenos corredores para la energía eólica y excelentes posibilidades en fuentes hídricas.

ETANOL, LA ALTERNATIVA MÁS VIABLE

Cristóbal Roda, presidente de Aguaí, advirtió que en pospandemia el mundo está en una situación muy complicada y de gran riesgo porque, definitivamente, la humanidad tiene que transitar de los combustibles fósiles a las renovables asegurando que, en ese sentido, Bolivia goza de privilegios que debe usarlos, como la gran infraestructura montada por el sector privado para la producción de etanol.

“Lamentablemente el Estado es muy lento, estamos con un programa de etanol que tiene una ley que se aprobó en el Congreso en el 2018 y ya llevamos un año con este Gobierno sin poder tener un contrato, estamos sólo con adendas”, afirmó.

Roda sostiene que son importantes los avances del Gobierno en la generación de energía eólica que actualmente llega a 165 megas, que representa un 8% de la electricidad que consume el país. En biomasa, que es lo que corresponde a los empresarios cañeros, con las inversiones realizadas por Guabirá, Unagro y ahora por Aguaí, se tiene una capacidad instalada de 125 megas.

“En este caso es una inversión netamente privada, sin embargo, no existe una legislación que apoye, que incentive, que regule y, al contrario, estamos con un proyecto que lleva un retraso de dos años, tal es el caso de los biocombustibles. Debíamos estar vendiendo al Gobierno trescientos millones de litros y apenas nos compra cien millones, en un momento en el que el petróleo está sobre los 80 dólares”, dijo el presidente de Aguaí.

No podemos avanzar porque no vemos el largo plazo y la falta de consenso es un problema que debemos superar”

“Está comprobado que el etanol es más barato, pero nuestra principal empresa que es el Estado prefiere vivir con las subvenciones. Entonces definitivamente en el país hay que transformar las estructuras hacia organismos más eficientes, para que las decisiones sean más rápidas, para que tracemos un cronograma de actividades que incentive a la inversión a nacional y extranjera, porque el cambio climático está aquí, es un problema global, pero la solución es nuestra”, sentenció.

DEFINIR UN NUEVO RUMBO

Tras la pandemia, que provocó grandes daños a la humanidad y a la economía, queda trazar un nuevo rumbo, definiendo hacia dónde se quiere avanzar como país. “Ya sabemos que ahora la crisis económica está por llegar, y tenemos que enfocar y concentrar nuestros esfuerzos para luchar contra esa crisis y es un buen momento para dar también un impulso a las energías renovables”’, indicó el coordinador del Programa Energías Renovables y Eficiencia Energética (PEERR) de la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ), Michael Mechlinski.

Destacó que Europa tiene un claro enfoque hacia el crecimiento a partir de las tecnologías verdes, con énfasis en la generación de energías renovables y las nuevas tecnologías como el hidrógeno y la electromovilidad. “Bolivia también debe ver hacia dónde quiere crecer, Bolivia ha trabajado en proyectos muy importantes hacia las energías renovables y vemos que su potencial para la generación de energía eólica y solar es enorme”, manifestó.

Bolivia se ha planteado compromisos y metas nacionales ambiciosos, para que 79% de la electricidad sea generada con fuentes renovables. “Nosotros, como parte de la cooperación internacional, queremos apoyar a Bolivia en este camino”, dijo.

ENFOQUE A LARGO PLAZO

El cambio climático ya está aquí, pero hay mucha gente que no ha interiorizado la gravedad del problema, según el Jefe de Proyectos de Guabirá Energía, Sergio Arnéz. “Todavía lo primordial es lo económico y es así, lo que mueve al mundo es la economía, y ahí es donde está el problema de Bolivia, en la subvención del gas natural que utilizamos para la generación de electricidad que, desde hace décadas, viene impidiendo el desarrollo de muchos proyectos hidroeléctricos, por ejemplo, y ahora, los de energía renovable, por parte del sector privado”, subrayó.

Dijo que en estas condiciones el único que puede hacer estos proyectos es el Estado con su propia subvención. Arnéz considera que, como parte de la solución, no se necesita quitar la subvención o subir las tarifas de forma abrupta para hacer proyectos; asegurando que los proyectos privados en materia de energía renovable se pueden impulsar de manera gradual subiendo muy poco las tarifas. “Por ejemplo, 100MW de generación con biomasa en los ingenios azucareros se pueden viabilizar con un 1% de incremento en las tarifas; todo como parte de un proyecto a largo plazo de crecimiento del país”, subrayó.

“No podemos avanzar porque no vemos el largo plazo y la falta de consenso es un problema que debemos superar”, recomendó.

BOLIVIA, PAÍS GASÍFERO

Remarcando que Bolivia es principalmente un país gasífero, el panelista Álvaro Ríos dijo que el mundo tiene un “falso discurso” en relación a la energía. Hizo notar que debido al significativo crecimiento mundial de la población, principalmente en países como Indonesia o China, la demanda de energía va a seguir en aumento, pero que la falta de inversión genera el complejo panorama de escasez de energía

Afirmó que el crecimiento global de la economía, de los países asiáticos particularmente, sumado al crecimiento vegetativo demandará una cantidad de energía tan grande a nivel mundial, que no se podrá abastecer únicamente con energías alternativas que tienen, como mayor limitación, el problema del almacenamiento. Destacó que América Latina es, fundamentalmente, un continente de energía limpia; produce su electricidad, sobre todo, con agua respaldada con gas, mientras China, Europa y Estado Unidos la siguen produciendo con carbón, “pero aquí queremos introducir a cualquier costo las renovables, que tienen como freno la subvención”, dijo.

Ríos advirtió que en Bolivia se está importando el 71% del diésel y el 36% de la gasolina, y que para el 2026 se llegará al 86 y 70%, respectivamente, y dentro de unos 9 años, también se necesitará importar GLP. En este marco, aseguró que el país no puede vivir de energías renovables inmediatamente, agregando que “esta es una transición lenta” y que es importante continuar apuntalando el sector de los hidrocarburos.

“Se ha tenido una política fallida de hidrocarburos, empezando por la Ley 3058”, dijo reclamando la importancia de introducir un nuevo marco regulatorio que otorgue mayor seguridad a la Inversión Extranjera Directa (IED), como una forma de reactivar la economía desde el sector energético.

“…no se podrá abastecer únicamente con energías alternativas que tienen, como mayor limitación, el problema del almacenamiento”

Fuente: Energía Bolivia