La postergación de la certificación de las reservas de gas, la baja producción del energético y el anuncio de los mercados importantes de exportación, de buscar alternativas de suministro, como del yacimiento de Vaca Muerta de Argentina, ponen en una situación difícil al sector hidrocarburífero del país y más ahora con el anuncio de una nueva planta de urea.

En declaraciones a los medios estatales, el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, anunció que el Gobierno planifica la construcción de una segunda Planta de Amoniaco y Urea en el país en el marco de la industrialización de los recursos naturales.

La Planta de Urea y Amoniaco, ubicada en Bulo Bulo Cochabamba, tuvo sus paralizaciones, que según las autoridades del sector de hidrocarburos obedecieron al mantenimiento, sin embargo, las denuncias apuntaban a fallas y a un mal manejo de la planta por parte de la administración.

Los extrabajadores de la planta también indicaron que fueron reemplazados por personal venezolano, que al parecer no tendrían la preparación exigida para el manejo de las operaciones.

Una de las primeras observaciones realizadas por expertos en la materia fue la ubicación, que implicaba costos para la comercialización de los productos y la segunda apuntaba al suministro de gas a costo bajos.
Aun así, la autoridad señaló que los números no mienten, pese a que indicaban, los detractores, que era un mal negocio, y ahora se planifica la construcción de una segunda planta.

La producción de gas está por debajo de los 45 millones de metros cúbicos día (MMmcd), cuando el 2020 terminó con 47 MMmcd, y en el 2013 y 2014 bordeaba los 60 MMmcd, pero ante la declinación de los megacampos y la reducción de la demanda de volúmenes de Brasil y Argentina, la cifra disminuyó.

La exploración a la fecha sin resultados positivos, y los expertos señalan que mínimo se deben perforar más de 200 por año para que haya mayores posibilidades de encontrar gas. El presupuesto de inversión de YPFB para la presente gestión alcanza a 788 millones de dólares, y sólo para exploración se destinaría 261 millones.

Recursos
Mientras tanto, un boletín de prensa de la estatal petrolera señala que la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) se consolida como un pilar importante en la reactivación económica del país con ingresos de hasta 22 millones de dólares al mes por la venta de urea y la generación de empleos directos e indirectos.

“Estamos produciendo unas 1.500 toneladas por día de urea con la planta al 70 % de su capacidad; por lo tanto, cada mes se proyecta unos 22 millones de dólares de generación de ingresos para el país”, precisó Henry Lapaca, gerente de Industrialización de la estatal petrolera.

De esa producción, un 7 % se destina al mercado interno y el porcentaje restante se irá al mercado externo. “Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) fijó el precio de la urea en 554 dólares por tonelada para el mercado interno e incorporó un descuento del 8 % durante los meses de septiembre y octubre de 2021, de modo que el fertilizante puede ser adquirido a 510 durante este periodo”, precisó Gabriela Delgadillo, gerente de Productos Derivados e Industrializados de YPFB.

Antes de que el complejo petroquímico volviera a operar, el precio internacional de la urea y su importación era de 800 dólares por tonelada, lo que encarecía los costos para el sector del agro.

“Uno de los beneficios tangibles de la producción de urea en Bolivia se siente en el bolsillo de los productores agropecuarios, a quienes favorece con precios más bajos”, complementó.

“Bolivia gana con la generación de empleos ya que en la planta trabajan casi 500 personas. De esa cifra, 240 personas fueron recontratadas tras haber sido despedidas durante la pasada administración. Además, se ocupa 90 % de mano de obra y profesionales nacionales. La reactivación de la PAU consolida fuentes de trabajo directas, genera movimiento económico y además empleo indirecto”, señalan los ejecutivos.

Fuente: El Diario