Ancap puso ayer el primer “pie en el futuro”. Así lo afirmó su presidente, Alejandro Stipanicic quien explicó que aunque la apuesta del gobierno de impulsar la producción y exportación de hidrógeno verde sea a largo plazo, la empresa estatal ya dio el puntapié inicial al comenzar con la fase de promoción del programa H2U Offshore.La iniciativa prevé la producción de hidrógeno en granjas de generación eólica (molinos de viento) instaladas en el mar.
El proyecto busca posicionar a Uruguay como proveedor mundial de hidrógeno verde -producido a partir de energías renovables y no en base a hidrocarburos-, como líder en términos de transición energética, de descarbonización de la matriz productiva y como cooperador del objetivo global que busca alcanzar la carbono neutralidad en el año 2050.
“Le estamos diciendo al mundo que Uruguay está decidido a ser parte de la provisión energética en el futuro”, destacó ayer Stipanicic en el marco de la presentación del proyecto que contó además con la presencia del ministro de Ambiente, Adrián Peña; del ministro interino de Industria, Walter Verri, entre otras autoridades.
El programa -diseñado para el mar uruguayo, de ahí el término offshore- prevé la instalación de granjas eólicas en las que funcionarán molinos aerogeneradores encargados de producir hidrógeno verde que después será exportado. “El sueño es que desde el viento de Uruguay se muevan vehículos en Europa”, afirmó Stipanicic.
Dado que este tipo de proyectos implica inversiones en el entorno de los US$ 1.000 millones y US$ 3.000 millones, la estatal busca atraer inversores privados de empresas multinacionales con experiencia en este tipo de negocios, así como a las grandes petroleras que a nivel mundial ya han comenzado a incursionar en la producción de hidrógeno.
“Podemos no tener petróleo y gas, pero tenemos viento, la fuerza del mar y del sol, y esa es la energía del futuro. A lo que estamos apostando hoy es a que inversores privados, de primer nivel, se acerquen al país para apostar por Uruguay y exportar energía al mundo”, afirmó el presidente de Ancap.
Al día de hoy, la empresa cuenta con un borrador de lo que serían las bases del contrato y el objetivo es comenzar a intercambiar visiones, requisitos e intereses con la industria y los actores privados. Cuando Ancap reciba “suficientes interesados” como para cerrar un modelo de negocios, hará un llamado a licitación. Según Stipanicic, se estima que ese proceso dure entre ocho y 10 meses a un máximo de dos años.
Para la licitación -la cual se basará en el modelo que ya se usa actualmente en las rondas de petróleo- Ancap ya definió dos regiones en el mar uruguayo que a su vez estarán divididas entre ocho a 16 bloques o espacios de trabajo, de entre 250 kilómetros cuadrados (km2) a 500 km2.
La primera región definida se encuentra a más de 10 km de la costa uruguaya y tiene una profundidad de entre 10 y 30 metros, La segunda es más profunda aunque tiene una profundidad máxima de 50 metros y está a más de 100 km de distancia de la costa.
Esos diferentes bloques serán ofrecidos a los privados quienes deberán presentar un plan de trabajo, determinar cuál será la ganancia para el Estado uruguayo y establecer un eventual máximo nivel de participación de Ancap en el emprendimiento.
No obstante, se debe tener en cuenta que si la empresa estatal quisiera participar del proyecto, hoy no tiene las habilitaciones legales para hacerlo dado que la producción de hidrógeno no está dentro de los cometidos del ente. Por esa razón Stipanicic explicó que el rol de Ancap en este proyecto hasta el momento es el de agente promotor y comercial del Estado. El objetivo es que mientras se detallan las bases del llamado de licitación, el Estado uruguayo resuelva quién será la contraparte. Según el jerarca “parece natural” que pueda ser Ancap por “su experiencia en este tipo de contratos, competencias de su gente y trato con las empresas petroleras”, pero para que eso ocurra tiene que haber una modificación legal.
“Lo que estamos proponiendo no tiene riesgo para el Estado, no estamos involucrando inversiones estatales y la participación de Ancap estará sujeta a lo que diga la ley”, afirmó el presidente.
Al ser consultado por El País respecto a cómo será la participación del Estado en este tipo de contratos y el eventual impacto económico, Stipanicic señaló que se piensa en dos alternativas que no necesariamente son excluyentes. Una es que el inversor privado le pague al Estado un royalty (un importe que se le abona al creador de un proyecto que es utilizado por terceros), el cual podría ser en dinero.
La segunda modalidad que se analiza es que el Estado tenga una participación como socio operador en el emprendimiento, con una porción “muy minoritaria”. En ese caso el socio -Ancap- podría cobrar por su participación con hidrógeno el cual sería destinado al mercado interno uruguayo.
“Hemos recibido ya varios interesados, hay empresas que han golpeado la puerta y que se han interesado especialmente por la modalidad”, remarcó Stipanicic.
La hoja de ruta de Uruguay en hidrógeno
El ministro de Industria, Energía y Minería (MIEM), Omar Paganini participó de la presentación del proyecto H2U Offshore a través de un video que envió desde Emiratos Árabes Unidos, donde Uruguay participa en la Exposición Universal de Dubái. Según el jerarca, “Uruguay está emprendiendo su segunda transformación energética” y afirmó que “las herramientas para eso son la electrificación en el transporte y el hidrógeno verde”.
Sobre el segundo aspecto, Paganini señaló que el hidrógeno “juega un papel central” en el transporte de carga de larga distancia, así como en la industria y dijo que además puede ser un rubro de exportación. “ En ese sentido, remarcó la importancia del proyecto y dijo que este tiene un alcance mayor dado que “se forma de varias iniciativas”: desde la creación de una hoja de ruta nacional para mostrar a través de un plan piloto cómo se aplica el hidrógeno verde en el transporte del país, hasta iniciativas de desarrollo de infraestructura y capacidades de exportación, tanto en el territorio como en el mar.
Fuente: El País