La producción no convencional como un polo exportador convive con el escenario de transición energética y en medio de riesgos ambientales.
El panel energético estuvo coordinado por Juan O´Farrell, de Fundar. La explotación no convencional representa alrededor de un 40 por ciento de la oferta total nacional hidrocarburífera y tiene la potencialidad de convertirse en un polo exportador tan importante como el agroindustrial. Ese horizonte convive con una transición energética que se acelera en contra de los combustibles fósiles, requiere de grandes inversiones en gas y además enfrenta advertencias ambientales que amenazan con convertirse en un grave problema si la producción se multiplica.
«Argentina es la cuarta reserva mundial de shale oil y segunda en shale gas. Si se explotaran los recursos únicamente de Vaca Muerta, el país podría abastecer su consumo local de petróleo por casi un siglo y gas natural por casi dos siglos. Si se exportaran la mitad de esos recursos, el país tendría 37.500 millones de dólares adicionales por año durante las próximas décadas», explicó Nicolás Arceo, director de la consultora Economía y Energía y ex vicepresidente de Administración y Finanzas de YPF.
Arceo participó del seminario «Energía, recursos naturales y desarrollo» organizado por las entidades Cenit, Ciecti y Fundar. En el panel también expuso Laura Forni, investigadora del Stockholm Environment Institute, quien advirtió que «el método del fracking supone la inyección de fluidos que contienen contaminantes. En el caso de Vaca Muerta, los depósitos de aguas residuales es el tema más critico, porque a diferencia de los Estados Unidos, los acuíferos subterráneos se encuentran a una gran profundidad. El riesgo entonces es la contaminación superficial, sobre todo pensando que todavía se explota apenas el 5 por ciento del total de los recursos».
Hacia dónde va «La recuperación de la producción hidrocarburífera desde 2014 se da en paralelo al inicio del no convencional, que hoy en día es una realidad. El 30 por ciento de la producción actual de crudo en Argentina proviene de yacimientos no convencionales y el 50 por ciento del gas. Vaca Muerta es el yacimiento más relevante en términos de abastecimiento del mercado local de hidrocarburos”, indicó Arceo.
«Vaca Muerta es una oportunidad única que tiene Argentina para evitar la restricción externa, lo cual es condición necesaria para revertir medio siglo de estancamiento económico. El salto exportador podría darse relativamente en el corto plazo en el caso del petróleo, que ya cuenta con la infraestructura necesaria. En gas natural se requieren grandes inversiones para abastecer a la demanda mundial. YPF debe tener un rol central para que el crecimiento del sector sea parte de un proceso inclusivo y sustentable», amplió Arceo, quien integró el equipo económico de Axel Kicillof.
En relación al nuevo marco regulatorio que el Gobierno prepara para enviar al Congreso, Marcelo Neuman investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento y especialista en el universo de proveedores de la industria de hidrocarburos, advirtió que «hay que tener cuidado con la habilitación de la importación de equipos usados, porque esto es algo que ya ha traído problemas. También pensar en cláusulas de contenido local».
En tanto, Forni subrayó que «el boom tiene que considerar a lo ambiental. Debe haber un marco regulatorio de monitoreo adecuado y con inclusión de las comunidades nativas. Además, es necesaria una planificación territorial en términos de salud, vivienda y educación para la población local».
Transición energética «Más allá de que Argentina representa una proporción ínfima en la emisión de gases de efecto invernadero, la transición energética va a impactar sobre el sector hidrocarburífero argentino, porque el país va a necesitar de mercados internacionales para valorizar los recursos. La transición energética le pone fecha de caducidad al combustible fósil, aunque todavía no se conoce esa fecha. Entonces hay una necesidad de valorizar los recursos no convencionales lo mas rápido posible, porque la ventana de oportunidad en algún momento se va a cerrar», consideró Arceo.
Los organismos especializados proyectan que la demanda de gas natural va a aumentar significativamente a lo largo de las próximas décadas porque será el vector de transición para salir del carbón e ir hacia las tecnologías más limpias.
«El cambio climático le abre la puerta al gas pero también le cierra la puerta a la disponibilidad de agua. El impacto negativo sobre el agua se va a profundizar, lo cual supone un desafío adicional porque de la misma cuenca se proveen de agua los agricultores, hogares y otras industrias», acotó Forni.
Fuente: Página12