La institución que aglutina a las principales operadoras del país considera que es una buena señal modernizar la Ley 3058. Analistas consideran que los nuevos acuerdos deben ser por menos tiempo.
La idea de actualizar la Ley de Hidrocarburos (3058), propuesta por el Gobierno a la luz de los resultados poco halagadores en lo referido a la política hidrocarburífera que lleva adelante el Ejecutivo es bien vista por la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), que también piden revisar los contratos de servicios firmados con el Estado.
“Creemos importante revisar temas pendientes en el marco de los actuales contratos de servicios”, señalaron desde la CBHE, institución que aglutina a las principales empresas petroleras nacionales e internacionales.
La entidad hizo notar que las modificaciones en la legislación son atribución de los diferentes Estados, pero considera una buena señal la posibilidad de un cambio a la Ley de Hidrocarburos, que debería estar enfocado a mejorar la competitividad y el atractivo del sector hidrocarburífero nacional, impulsando inversiones masivas que permitan incrementar las reservas y volver a poner a Bolivia como uno de los principales proveedores de gas en la región.“Esto permitirá aumentar la actividad y generar confianza”, señalaron a la consulta de EL DEBER.
Al respecto, Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, subrayó que el actual marco legal resulta anticuado para las actuales necesidades del país y las demandas de un mercado internacional que cada vez apuesta menos por los combustibles de origen fósil.
Subrayó que uno de los asuntos que debe cambiar son los tiempos de los contratos, porque son acuerdos por 20 años; lo que son plazos del pasado y que lo máximo a lo que se puede aspirar son contratos por dos o tres años, debido a que el mercado se ha vuelto más dinámico y fluctuante.
Esta fluctuación del energético en la actualidad se refleja en menores volúmenes de producción y en una caída en los valores de exportación de gas natural. Así, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2014 el valor por las ventas de gas natural a Brasil y Argentina sumó $us 5.911 millones, para luego, en seis años, bajar a $us 2.580 millones.
En criterio de Francesco Zaratti, experto en energías, esta merma en los ingresos no solo se debe a la caída internacional de los precios de las materias primas, sino a la menor capacidad productiva que tiene el país debido a la declinación de las megacampos gasíferos y porque hasta el momento no se ha logrado reponer en la misma velocidad el gas natural que se consume en el país y el que se exporta a los mercados de Argentina y Brasil.
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La idea de actualizar la Ley de Hidrocarburos (3058), propuesta por el Gobierno a la luz de los resultados poco halagadores en lo referido a la política hidrocarburífera que lleva adelante el Ejecutivo es bien vista por la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), que también piden revisar los contratos de servicios firmados con el Estado.
“Creemos importante revisar temas pendientes en el marco de los actuales contratos de servicios”, señalaron desde la CBHE, institución que aglutina a las principales empresas petroleras nacionales e internacionales.
La entidad hizo notar que las modificaciones en la legislación son atribución de los diferentes Estados, pero considera una buena señal la posibilidad de un cambio a la Ley de Hidrocarburos, que debería estar enfocado a mejorar la competitividad y el atractivo del sector hidrocarburífero nacional, impulsando inversiones masivas que permitan incrementar las reservas y volver a poner a Bolivia como uno de los principales proveedores de gas en la región.“Esto permitirá aumentar la actividad y generar confianza”, señalaron a la consulta de EL DEBER.
Al respecto, Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, subrayó que el actual marco legal resulta anticuado para las actuales necesidades del país y las demandas de un mercado internacional que cada vez apuesta menos por los combustibles de origen fósil.
Subrayó que uno de los asuntos que debe cambiar son los tiempos de los contratos, porque son acuerdos por 20 años; lo que son plazos del pasado y que lo máximo a lo que se puede aspirar son contratos por dos o tres años, debido a que el mercado se ha vuelto más dinámico y fluctuante.
Esta fluctuación del energético en la actualidad se refleja en menores volúmenes de producción y en una caída en los valores de exportación de gas natural. Así, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2014 el valor por las ventas de gas natural a Brasil y Argentina sumó $us 5.911 millones, para luego, en seis años, bajar a $us 2.580 millones.
En criterio de Francesco Zaratti, experto en energías, esta merma en los ingresos no solo se debe a la caída internacional de los precios de las materias primas, sino a la menor capacidad productiva que tiene el país debido a la declinación de las megacampos gasíferos y porque hasta el momento no se ha logrado reponer en la misma velocidad el gas natural que se consume en el país y el que se exporta a los mercados de Argentina y Brasil.
“Se necesitan resultados en las nuevas exploraciones y que las aprobaciones de los contratos no tarden meses en la Asamblea. La nueva norma debe ser ágil, aunque creo que mucho no se podrá avanzar porque los férreos controles están en la Constitución Política del Estado”, reflexionó Zaratti.
En franco descenso
Franklin Molina, ministro de Hidrocarburos, reconoció que los megacampos en las zonas tradicionales de gas experimentan una declinación natural por lo que se requiere una reposición de reservas.
Sobre el tema, la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía sostuvo que en el proceso de reactivación económica se deben considerar dos realidades: la del gas, que exige medidas de largo plazo, y la producción de líquidos, que es urgente y donde se deben incorporar temas como la ampliación de los plazos contractuales, el pago de incentivos pasados, además de analizar un reglamento de incentivos futuros o mejoras contractuales.
Fuente: El Deber