Todas estas operaciones forman parte del programa de desinversión que Petrobras viene realizando desde 2015. La noticia no deja de ser desalentadora para el país, según el analista energético, Francesco Zaratti, porque demuestra que Bolivia no es atractiva para desarrollar proyectos exploratoriosPetrobras comenzó el proceso de licitaciones para vender su participación en las unidades de gasoductos TSB y TBG −que conecta Brasil con Bolivia−, señala un documento presentado al regulador local recientemente. Así reportó América Economía.
Durante este periodo, que normalmente se extiende por varias semanas, las partes interesadas deben presentar sus ofertas por los activos.
Cabe recordar que Petrobras controla el 51% de TBG, conocida formalmente como Transportadora Brasileira Gasoduto Bolivia-Brasil, y un 25% de TSB (Transportadora Sulbrasileira de Gas). La empresa ingresó a Bolivia en 1996.
TBG opera una red de transporte de gas natural en el sur y oeste de Brasil. El gasoducto Brasil-Bolivia cubre 2.593 kilómetros, con una capacidad de hasta 30 millones de metros cúbicos de gas.
Las ventas de los gaseoductos no serán las únicas transacciones que lleve a cabo la estatal brasileña en Bolivia. Según el columnista Ancelmo Gois, Petrobras está en negociaciones para disponer de sus actividades de exploración y producción de gas que se realizan en San Alberto y Sábalo.
Hasta 2019, la producción del megacampo Sábalo alcanzaba a 11,8 millones de metros cúbicos de gas por día (MMmcd), mientras que, San Alberto, produjo 2,3 MMmcd.
Petrobras tiene una participación de 35% en los contratos de operación de servicios, que se operan principalmente para suministrar gas a Brasil y al mercado interno boliviano.
La empresa también se encontraría en negociaciones para vender tres unidades procesadoras de gas natural (UPGN) que tiene en el país. Los planes también incluirían la venta del 11% de participación en GTB, responsable del lado boliviano del gasoducto Bolivia-Brasil, con una longitud de 557 km.
Todas estas operaciones forman parte del programa de desinversión que Petrobras viene realizando desde 2015, para enfrentar la elevada deuda de la empresa, la caída de los precios del petróleo y las dificultades de captación.
Para el período 2020-2024, las metas del plan de desinversiones de Petrobras apuntan a deshacerse de activos no estratégicos por un valor de hasta $us 30.000 millones.
Contexto desfavorable
Para el analista energético, Francesco Zaratti, la empresa brasileña afrontará dificultades para vender sus activos en el país porque no hay recursos en estos momentos para ser destinados en el sector de hidrocarburos.
Por ello, Zaratti considera probable que Petrobras ceda su participación a YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), como estipula ley en caso que no aparezcan compradores.
La noticia no deja de ser desalentadora para el país, según el experto, porque demuestra que Bolivia no es atractiva para desarrollar proyectos exploratorios.
Fuente: El Deber