T res expertos del sector, descartaron un colapso en el modelo de desarrollo de la industria delos hidrocarburos en el largo plazo. Lo hicieron durante el último coloquio de ENERGÍABolivia donde se analizó la situación de la industria en el 2021, un año que empieza marcado por las consecuencias de la crisis sanitaria más dura de este último tiempo.
Alex Benavente, Consultor Internacional en temas de Negocios, Administración de Empresas y entre otras cosas, Digitalización, con base en Houston – Estados Unidos, aseguró que la industria de los hidrocarburos está en un proceso de reacomodo de cómo debe funcionar en función de la demanda de los derivados del oil and gas, de las nuevas tecnologías, y de las áreas geográficas donde es factible y rentable producir.
DISMINUCIÓN DE INVERSIONES
Complementó esta lectura Gastón Mejía, jefe de la carrera de Petróleo y Gas Natural de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA), señalando que producir hidrocarburos en Bolivia tiene costos muy elevados por las características orográficas propias de las zonas donde están los recursos hidrocarburíferos. Dijo que los costos de perforación son muy elevados y que un pozo de tres mil o cuatro mil metros cuesta ochenta millones de dólares frente a veinte millones de dólares en otras partes del mundo.
En este marco, Mejía dijo que posiblemente las inversiones en exploración por parte de empresas del sector, irán disminuyendo en el caso boliviano y que YPFB quedaría como la única empresa que podría enfrentar esta situación con fuentes propias o parcialmente propias; graficando una situación de mayor incertidumbre en un sector que hasta hace poco vivió una época de oro debido a los elevados precios del crudo.
Tanto Mejía como Benavente dejaron claro que la actual correlación de fuerzas hará que esta industria sea altamente selectiva en materia de inversiones, contrataciones, regulaciones y zonas donde vaya a radicar su radio de acción, en consonancia con los tiempos actuales, agudizados por la pandemia.
Jorge Velasco, gerente comercial de ISI Mustang, coincidió en que es prematuro hablar de un colapso en el sector aunque fue categórico al señalar que el mismo atraviesa por una situación “crítica” y que no se volvería a tener un nuevo ciclo de precios altos.
“Nunca más tendremos ese boom, esa elite de la industria petrolera que existió muchos años en todo el mundo. El reemplazo de la energía a partir de las renovables es lo que a futuro va ir cambiando este escenario y hará que el tema de hidrocarburos vaya paulatinamente cayendo con el tiempo”, dijo remarcando que, sin embargo, esto no ocurrirá antes de 30 años por lo menos en América Latina y el Caribe. Sostuvo que estos cambios serán más rápidos en Estados Unidos y Europa pero que tampoco será un cambio total a nivel de la matriz energética.
Los tres expertos coincidieron en que es difícil pensar que habrá una alternativa que pueda suplir completamente a los hidrocarburos por lo menos de aquí a 30 años. Benavente dijo que probablemente se reduzca la cantidad de empresas operadoras pero que la importancia del capital privado y la consolidación de grandes empresas alrededor del negocio de los hidrocarburos, va seguir ocurriendo. “Es decir, seguramente va a ver menos cantidad de operadores y de refinerías pero esto habla solamente de un gran acomodo tecnológico, financiero y geográfico”, remarcó.
TRANSICIÓN
Mejía aseguró que en términos generales se puede hablar de un proceso de transición importante en el sector; donde grandes empresas, especialmente operadoras europeas como Repsol, Total y Shell, que además tienen operaciones en Bolivia, están migrando a ser empresas de energía, diversificando su portafolio de negocios puesto que, además, y de acuerdo a proyecciones, al 2050 el 75% de la energía eléctrica provendrá de fuentes renovables indiscutiblemente. Sin embargo, remarcó que el gas natural todavía seguirá siendo utilizado como energético, por lo menos 40 años más.
Mejía, Benavente y Velasco, remarcaron que, paulatinamente, el sector transporte ira utilizando, además, cada vez más energía eléctrica; disminuyendo la demanda de hidrocarburos en este sector, altamente demandante de hidrocarburos.
INDUSTRIA PARALIZADA
Consultados sobre la situación del sector en Bolivia, Velasco fue categórico al señalar que está casi “paralizado”. Adujo que esto era consecuencia de “políticas nacionalizadoras que no han permitido que existan planes, la planificación tecnológica y las inversiones adecuadas para ir sumando nuestras reservas”. En este marco, dijo que la situación de Bolivia es “compleja” si es que no se toman las medidas urgente necesarias.
“Ahora tenemos un gobierno entrante que debería planificar el sector de una manera adecuada para que de aquí a cuatro a cinco años podamos tener algún fruto, de lo contrario, el tema va seguir estancado como es el caso de las reservas actuales que están en decadencia y van a seguir así, si es que no tenemos nuevos descubrimientos”, precisó Velasco acotando que no hay una perspectiva, a corto plazo, de sumar las reservas.
“No veo inversiones serias ni exploraciones adecuadas, y las que se han hecho, los dos últimos años, lastimosamente dentro de su probabilidad, no han resultado exitosas. Entonces, no estamos en una buena situación”, anotó Velasco a tiempo de señalar que, sin embargo, las empresas de servicios petroleros están “reinventándose.”
Mejía recordó que hay un significativo descenso en la producción de gas de 20 mil a 15 mil millones de metros cúbicos anuales; un importante incremento en la demanda interna de 4 mil MMmmc, creciendo aproximadamente a un cinco por ciento anual con una preocupante tendencia a bajar la producción que podría inducir a la importación de este combustible en los próximos años.
Este marco, hizo votos para que el pozo Boicobo Sur X1 ratifique el volumen de hidrocarburos anunciado de alrededor de 1 TCF de reservas y recursos prospectivos, con un caudal inicial de producción para este pozo de aproximadamente 35 millones de pies cúbicos por día de gas y 1.800 barriles por día de condensado. Dijo que si Bolivia no cuenta con las suficientes reservas de gas enfrentara una crisis total y que habría que optar por las hidroeléctricas, como solución energética para el país.
Finalmente, Benavente incidió en la importancia de tener políticas públicas que apuntalen esta industria, considerando su condición estratégica para la sostenibilidad del país.
A la consulta de si el sector estaba siendo desplazado por empresas como Google o Amazón, concentradas en el conocimiento antes que en la disponibilidad de materias primas, señalaron que se trataba de una tendencia con fuerte incidencia en Estados Unidos principalmente, pero, no dejaron de reconocer que la innovación tecnológica debe ser considerada en este momento especial que atraviesa la industria de los hidrocarburos.
Fuente: Energía Bolivia