De forma paralela se avanza con los mercados para vender el fertilizante, que principalmente se apunta a Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Perú, y el interno. Incluso se prevé lanzar la úrea pecuaria.

La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se da hasta finales de junio para poner en marcha la Planta de Amoniaco y Úrea, en Cochabamba, que está paralizada desde noviembre de 2019. El tiempo es para realizar un diagnóstico operativo e identificar las posibles fallas.

“El objetivo que perseguimos es que la Planta de Amoniaco y Úrea (PAU) se encuentre operativa al final del primer semestre de la presente gestión. La planta está en estado de inertización”, señaló la estatal a este medio en respuesta a un cuestionario.

Explicó que se la mantiene en pausa, mientras una empresa especializada realice el diagnóstico operativo e identifique las posibles fallas “ocultas” en las unidades de procesos que conforman el complejo, para la determinación de las acciones técnicas a seguir con actividades relacionadas al mantenimiento, comisionado y puesta en marcha, incluyendo la planta generadora de nitrógeno que también está con fallas.

Anunciaron que se preparan y se toman las previsiones para contar con el soporte técnico de profesiones para las plantas de amoniaco y úrea, de tecnología como la americana KBR y  la Toyo, y la contratación de servicios de operación y mantenimiento que, en este caso, estarán a cargo de dos subsidiarias de YPFB.

“Todas las actividades descritas en el párrafo anterior están en plena ejecución y además sometidas a un estricto control y seguimiento de probables desvíos mediante un cronograma rigurosamente elaborado para cumplir con el objetivo de puesta en marcha”, enfatiza.

La factoría está paralizada desde mediados de noviembre de 2019, luego de que  los cocaleros, afines al MAS, hicieron explotar una parte del gasoducto Carrasco-Cochabamba, que alimenta a la Planta de Úrea. La explosión se dio en protesta a la renuncia del expresidente Evo Morales durante los conflictos poselectorales.

No obstante, expertos del sector manifestaron que las fallas en la planta datan desde el inicio de sus operaciones, en septiembre de 2017, cuando se inauguró, hasta 2019, tiempo en el que hubo al menos cuatro paros que se atribuyeron a problemas técnicos, pero el gobierno afirmó que era por mantenimiento.

Por las fallas que tiene, turbinas de vapor 312 JT y  la 101 JGT están afectadas, averías y fisuras  en el generador de nitrógeno 382 LX-02 y generador de vapor boiler 311-BA y el generador de vapor 311-BB está fuera de servicio. Tres expertos calculan que tomará por lo menos hasta ocho meses en su reparación.

Al respecto, YPFB señaló que se tiene un  plan de reactivación de la Planta de Úrea. “La paralización de la PAU se debió a una decisión política del anterior gobierno de transición sin ninguna justificación técnica que respalde, lo que originó, además, el gasto extraordinario en el que YPFB está incurriendo para alcanzar un arranque seguro”.

Para ello, están en un proceso de contratación  de una empresa especializada que haga el diagnóstico  mencionado anteriormente.

Además, a través de YPFB Transporte concluyeron el proyecto de ampliación de capacidad de transporte del Gasoducto Carrasco–Yapacaní (GCY), con una inversión estimada de 24,4 millones de dólares.

“Es fundamental esta ampliación porque con ella estamos garantizando el funcionamiento de la PAU y, por tanto, la futura producción de úrea para exportar y para el sector agropecuario nacional (…)”, manifestaron.

Dijeron que de forma paralela se inició una demanda penal contra exautoridades,  por la paralización del complejo petroquímico.

Los mercados

Entretanto, YPFB afirmó que también ya se avanza con los mercados para comercializar el fertilizante, que principalmente se apunta a Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Perú, que son los más atractivos, habida cuenta las condiciones logísticas existentes.

En el caso del mercado interno, se buscan alianzas estratégicas con instituciones de desarrollo productivo y asociaciones de productores, esto con el fin de incrementar el uso de la úrea.

“La calidad, la cercanía a los mercados de la región y la tecnología de punta instalada constituyen las fortalezas de la úrea producida por YPFB. Se realizan las gestiones con los potenciales compradores externos y también busca recuperar la confianza de clientes que compraron anteriormente la úrea boliviana, ya que hay un creciente interés en la región por este producto nacional”, indicaron desde la estatal.

Anuncian que este año se pretende lanzar la úrea pecuaria, que a escala mundial es utilizada en la alimentación del ganado vacuno, como fuente de proteína.

Agregó que actualmente no se realizan ventas debido al daño causado a la planta de amoniaco y úrea, ni tampoco se cuenta con volúmenes en stock.

La planta fue construida por la empresa Samsung Engineering por un costo de 957,5 millones de dólares, con un crédito del Banco Central de Bolivia.

La capacidad de producción diaria es de 2.100 toneladas métricas de úrea granulada. En enero de 2020, YPFB comunicó que decidió parar de forma indefinida las operaciones  debido a un sobrestock en sus almacenes y por la falta de mercados.

Exportación de úrea cae a cero e importación crece un 384%

Debido a la paralización de la planta de Bulo Bulo, en el trópico de Cochabamba, en 2020 la producción de úrea cayó a cero y la importación del fertilizante se incrementó en un 384%, según datos del Ministerio de Economía.

 “La producción de úrea cayó en 100% y se recurre a la importación del fertilizante que asciende en 384%. Hemos tenido que importar y sacrificar divisas cuando teníamos la posibilidad de seguir produciendo, pero ese desprecio por las empresas estatales lleva a estos resultados”, afirmó el anterior jueves el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, durante la rendición de cuentas.

De acuerdo con los datos comparativos entre octubre 2019, la producción del fertilizante alcanzó a 322.269 toneladas métricas, mientras que en similar periodo de 2020 fue cero.

En el caso de las importaciones de úrea, en 2019 el valor internado por Bolivia subió de 1.426 millones de dólares a 6.895 millones de dólares, en 2020, es decir un 384%. Mientras que en volumen se incrementó de 3.547 toneladas a 19.073 toneladas, es decir un 438%, según datos oficiales.

Para Economía, las importaciones hicieron variar la balanza comercial.

Desde el inicio de operaciones de la Planta de Amoniaco y Úrea, septiembre – 2017, hasta el momento se llegó a comercializar más de 653 mil toneladas métricas, señala el reporte de YPFB.

El producto boliviano se vendió tanto en el mercado externo como interno,  lo que generó un ingreso de más de 178 millones de dólares.

Fuente: Página Siete