La oferta de Ecopetrol para hacerse con el 51 % de ISA es la gran noticia económica de comienzo del año. Se trata de un movimiento que involucraría a dos de las empresas más importantes del país.
El anuncio de la oferta no vinculante del presidente de Ecopetrol al Gobierno para hacerse con el 51 % de ISA es la gran noticia económica de comienzo del año. No es para menos, se trata de un movimiento de gran vuelo que involucraría, si se lleva a cabo, a dos de las empresas más importantes del país.
Lo primero que hay que anotar, entre las diferentes facetas que tiene la oferta de Ecopetrol, es que traería beneficios para los actores involucrados. El Gobierno lograría conseguir recursos frescos rápidamente, porque la operación se haría por medio de un convenio interadministrativo que facilita las cosas. De otro lado, el Gobierno mantendría el control de ISA, un activo de transmisión regulado.
Para Ecopetrol, comprometida en una hoja de ruta que contribuya a la transición energética, la adquisición de ISA la pondría con firmeza en ese camino. Se está mostrando que la visión de largo plazo de la empresa tiene en cuenta que en el mundo hay una tendencia cada vez más pronunciada para dejar atrás el petróleo y el carbón como fuente de energía. Se está preparando para el futuro.
También se ampliaría el portafolio de inversión de la petrolera y su matriz de riesgos. Hay que recordar que ISA es una holding, con inversiones en varios países de América Latina y en varias actividades (telecomunicaciones, concesiones viales, entre otras). En Colombia, tiene más del 70 % de la transmisión de energía y con su filial XM es el operador del mercado eléctrico.
ISA tendría garantizado, según se ha conocido en declaraciones de las autoridades involucradas en el tema, el respeto a su gobierno corporativo si entra a hacer parte de Ecopetrol, lo cual le permitiría seguir creciendo y buscando rentabilidad, como lo ha venido haciendo, hasta construir una sólida reputación entre los inversionistas. Quedaría pendiente la escisión de XM de ISA, algo que es urgente, como lo recomendó la Misión de la Transformación Energética.
También hay inquietudes, y es bueno que se aclaren y ventilen en el debate, dada la trascendencia del tema. Una primera pregunta está relacionada con la urgente necesidad de una reforma tributaria, que es inaplazable ante la debilidad de las finanzas públicas, aún a pesar de los ingresos que obtendría el Gobierno por vender su parte en ISA, que se estiman en $14 billones.
Sobre la operación misma, hay que tener en cuenta en el análisis que la petrolera ya es autogeneradora de electricidad y está invirtiendo en energías no convencionales, lo que podría sugerir la futura existencia de conflictos de interés; sin embargo, con la adquisición de ISA no habría problemas de regulación al tener una empresa que genere y esté en la transmisión, porque esto se resuelve con la reglamentación del Artículo 298 del Plan Nacional de Desarrollo.
Por último, el Gobierno ha insistido en que, aunque quiere aumentar la rentabilidad de sus activos, no pretede privatizar, con lo cual las oferentes por ISA van a ser empresas públicas. Falta definir cómo va a evaluar el Gobierno las posibles ofertas, no solo la de Ecopetrol. También el Grupo de Energía de Bogotá (GEB), según una entrevista reciente a su gerente, tiene un interés concreto en ISA, pero está en espera de que el Gobierno defina las reglas de juego para hacer una oferta formal. Igualmente, en el pasado EPM mostró interés y podría estar en la puja.
Fuente: El Colombiano