Nación dejó sin efecto una obra central para el transporte de gas en Vaca Muerta. Sin ella, se abre una zona de interrogantes para el shale neuquino.
En buena medida, hoy todo está como en el principio. ¿El principio? Ese momento de despegue de la producción de Vaca Muerta en el que uno de los dilemas centrales de la industria a la hora de analizar el futuro de corto plazo del shale gas era el obstáculo del transporte. Los pozos de gas no convencional son una tromba y la llegada de inversiones puso en jaque la capacidad de llevar más producción a puntos de consumo.
Solo la macroeconomía y la estacionalidad de la demanda (esos cuatro meses del invierno) aplacaron en parte el debate. Con todo, el tema vuelve una y otra vez. Ahora, porque el gobierno nacional decidió dejar de lado una obra que para el país resulta algo menos que una quimera.
La crisis macroeconómica y la imposibilidad, por ahora, de indagar en más mercados lo hicieron dejar sin efecto la licitación del gasoducto troncal entre Tratayén y Salliqueló que anunció la gestión de Mauricio Macri en el 2019. Tras sucesivas postergaciones en los plazos de la licitación, el tendido que en una primera etapa llegaba a Sallíqueló y luego continuaba hasta San Nicolás deberá seguir esperando.
La obra, se creía, permitiría quitar dudas en un momento de empuje del shale gas. Ese en que la pregunta era cómo haría Argentina para abordar la construcción de un tren de licuefacción que le permitiera coquetear con el selecto club de países productores de gas natural licuado.
Más allá de la pura actualidad, que hace inviable esa idea, un gasoducto de estas características es la principal garantía de subsistencia del shale neuquino.
Es tema se debate en foros de la industria, en Argentina y el resto del mundo: cuánto tiempo más el mercado incentivará la producción de crudo. No está del todo claro. Pero se mide en algunas décadas. Grandes petroleras, de hecho, se retiran de sus crecientes posiciones en crudo. En ese escenario, no del todo claro todavía en cuanto a los plazos, lo que sí es evidente es que el combustible fósil que permitirá la subsistencia de bloques productores de todo el planeta es el gas.
Vaca Muerta es considerado el segundo reservorio no convencional de shale gas del mundo, algo que le podría abrir puertas para proveer ese combustible de la transición hacia las renovables que, como se dijo, será el gas en el futuro.
En este contexto, la Secretaría de Energía de la Nación planteó que deja sin efecto la licitación del nuevo gasoducto troncal a Salliqueló y le encarga a la Subsecretaría de Hidrocarburos que estudie otras alternativas posibles de una obra similar y ampliaciones en los gasoductos existentes.
Lo concreto es que se trata de una gasoducto que, al margen de lo distante que pareciera ser el mercado exportador en las actuales condiciones del país, también se necesitará como reaseguro de la demanda interna. No en el 2021, pero sí en el mediano plazo.
De acuerdo con los datos del gobierno provincial, en la actualidad hay infraestructura disponible para unos 78 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de transporte, un volumen que podría entrar en un cuello de botella durante el pico del consumo invernal, cuando el actual gasoducto transporte una cifra cercana, ahora que el Plan Gas.Ar impone a las productoras acelerar en sus campos en la Cuenca Neuquina.
La caída de más volúmenes de gas en el contrato con Bolivia, cuyos pozos petroleros actuaban de reaseguro de la producción, también podría sumar otro motivo para proyectar una obra de transporte para más gas hacia el norte del país, a través de un empalme hacia San Nicolás. Los solo 14 MMm3/d que garantizaba hasta el 2020 Bolivia implicarán mayores compras de gas natural licuado regasificado desde Chile.
Hoy manda la economía, sin embargo el país no debería demorar mucho las obras de infraestructura para transportar sus hidrocarburos, que en el mediano plazo podrían permitirle al menos una mejora en su balanza comercial energética. El paso siguiente sería la proyección hacia el exterior, hacia los mercados que necesita.
Neuquén: qué dicen en el Gobierno del nuevo contexto
El gobierno neuquino menciona cada vez que puede de forma pública la situación existente: el famoso cuello de botella que afronta Vaca Muerta para tener certezas sobre la expansión de la producción.
De hecho, durante tramos del invierno Neuquén queda con gas por bombear, por decirlo de algún modo. El ministro de Energía, Alejandro Monteiro, explica que hubo inviernos en los que en las áreas neuquinas se llegaron a producir 80 MMm3/d, cuando la capacidad de transporte llega hoy a los 76 MMm3/d.
Por lo bajo, fuentes del gobierno neuquino afirman que las dos variables en juego en este momento, el Plan Gas.Ar y la baja en los envíos desde Bolivia con el contrato de la nueva adenda son dos razones de peso para promover un nuevo tendido que le dé garantías a la provincia sobre el futuro de mediano plazo. Respecto del Plan Gas.Ar, Neuquén canalizará 47,2MMm3/d al precio subsidiado, en tanto que sobre el cierre de la licitación de diciembre sumó los 2,8 MMm3/d que no sumó la Cuenca del NOA.
Bolivia: más gas por Chile y la presión del GNL
La nueva adenda al contrato del gas con Bolivia firmada el 31 de diciembre estableció que el país reciba un tercio menos del gas que venía recibiendo durante el mayor consumo invernal. En agoto del 2020, el norte del país recibió 21 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d), y tras el nuevo acuerdo serán 14 MMm3/d.
Argentina ahora queda atada a una variable: el ingreso de gas natural licuado (GNL) regasificado por Norandes, un tendido que podría transportar gas desde la costa de Atacama, en Chile.
Queda por ver cuánto tendrá que pagar el país por ese volumen adicional: el invierno del hemisferio norte (este preciso momento) está implicando valores muy por encima de los de los últimos meses, con envíos de hasta u$s 20 por millón de BTU. Probablemente ese precio sea menor para el invierno argentino, ya que el país requiere más gas en un período en el que la demanda tiende a bajar en los grandes centros de consumo mundial.
Brasil: evalúan las chances de llevar gas neuquino
Esta semana, el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, mantuvo un encuentro con el embajador de Argentina en Brasil, Daniel Scioli, en el que analizaron el desarrollo de la agenda energética entre ambos países para la integración regional. El encuentro tuvo como eje el armado de los equipos técnicos para el trabajo en conjunto entre Brasil y la Argentina.
Concretamente, la Secretaría de Energía busca medir el nivel de certezas para posibles compras de gas neuquino en el sur del mencionado país, y evaluar si hay una oportunidad de negocios en la construcción de un gasoducto nuevo que permitiera canalizar esa demanda.
Se trata de un proyecto que desde principios de años, y en la anterior composición de la secretaría, ya se barajaba como una nueva puerta de salida. Esta semana, Nación informó que convocará a las petroleras para evaluar en conjunto qué grado de oportunidad hay en esta alternativa.
Fuente: La Mañana Neuquén