De acuerdo con el contrato suscrito en 2006, este año Bolivia debería exportar al menos 23,5 MMmcd; sin embargo, con la quinta adenda el volumen de envío se redujo a 13,8 MMmcd para esta época.

Desde la primera adenda suscrita con Integración Energética Argentina SA (Ieasa, ex-Enarsa Argentina), en marzo de 2010, la venta de gas hacia ese país disminuyó hasta un 45%. Al respecto, dos expertos anticipan que no habrá mejora en el volumen comercializado, porque la producción dentro del país está en franca caída.

“Con relación a los volúmenes acordados en la quinta adenda para el periodo de invierno, existe una reducción de 19,8% respecto a lo pactado en la cuarta adenda de 2019, y un 41,3% en relación con la primera de 2010; en tanto que para el periodo de verano la caída es de 4% con relación a la cuarta adenda (2019) y un 45% en relación con lo pactado en la primera adenda (2010) para ese periodo”, manifestó el investigador Raúl Velásquez,  de la Fundación Jubileo.

Sobre la base de la primera adenda, suscrita hace ya casi 11 años, Bolivia debería estar exportando en promedio 23,5 millones de metros cúbicos por día (MMmcd), pero con esta quinta adenda, firmada el 31 de diciembre de 2020, sólo se enviará en promedio 13 MMmcd en invierno.

“En el escenario de la sexta adenda lo previsible es que los volúmenes se mantengan, dado que sólo restan cuatro años de contrato y es poco probable que en los siguientes seis meses cambien sustancialmente las reservas probadas en el país. En todo caso, lo importante es que el país está obligado a crear condiciones para promover la inversión en exploración y gestionar nuevos mercados para contratos de corto y mediano plazo”, indicó.

Velásquez declaró que la reducción de volúmenes -tanto en temporada de invierno como en verano- supone menores ingresos para el país por concepto de exportaciones de gas natural, lo que repercutirá en las regalías e IDH para las gobernaciones, municipalidades, universidades y el Tesoro General de la Nación.

Dijo que lo único rescatable de esta quinta adenda es que, al igual que la suscrita con Brasil en marzo de 2020, permite al país adecuar su oferta exportadora de gas a la capacidad real de producción que tiene en la actualidad. Eso significa que no habrá multas por el incumplimiento de volúmenes comprometidos.

El experto agregó que la nueva adenda firmada entre Ieasa y la estatal YPFB es resultado de una deficiente gestión del sector hidrocarburos durante los anteriores 10 años, ya que desde 2015 hay una caída constante en la producción de gas natural como de hidrocarburos líquidos.

Asimismo, observó que a la fecha Bolivia no cuenta con una nueva ley de hidrocarburos que establezca una política para el sector  a largo plazo. Tampoco se tuvo la capacidad de diversificar los mercados de exportación ni generar incentivos efectivos para la inversión extranjera.

El experto Hugo del Granado apuntó que este 2021 Bolivia debería estar despachando 27,7 MMmcd en invierno, de acuerdo con el contrato de 2006, y un mínimo de 23,5 MMmcd, pero con la quinta adenda el volumen se redujo a sólo nueve MMmcd.

“Eso se debe a las dificultades que tiene Bolivia para producir. Eso no es de ahora, ya el Gobierno se dio cuenta de esos problemas en 2010;  por eso tuvieron que firmar la primera adenda al contrato original de 2006. En 2019 hicieron la cuarta adenda y como no han podido arreglar el problema de la disminución de volúmenes, firmaron la quinta y ahora hablan de suscribir la sexta, en junio de este año”, dijo.

En su criterio, en la negociación de la sexta adenda será “difícil” que se retome el rumbo del incremento de la producción, porque depende de la posibilidad de subir las reservas e incorporar nuevos campos gasíferos.

Ese panorama se avizora porque pese a que se anunció que Boicobo y Yarará son exitosos, no producirán hasta fin de año.

“No hay forma de subir el volumen debido a nuestro nivel de producción. Si hacemos bien el trabajo, podríamos mantener el mismo volumen, porque es una adenda que han acordado firmar hasta 2026, a no ser que eso se divida y hagan una escala de volúmenes, que dependerá de los trabajos que se hagan en el área de exploración”, anticipó.

Álvaro Ríos,  exministro de Hidrocarburos,   declaró que la capacidad de producción de Bolivia en este momento es 49,6 MMmcd, no los 61 MMmcd de 2014.

Añadió que si esos volúmenes son proyectados a 2023 y no surge un “milagro”, el nivel descenderá a 43 MMmcd, lo que hace suponer que de esa cantidad se debe destinar 14 MMmcd para el mercado interno, 20 MMmcd para Brasil y apenas quedarán nueve MMmcd para Argentina.

“Esto va a seguir declinando, ya que en 2025 es peor y así sucesivamente. Por eso dije que dentro de 10 años tendremos que importar combustibles;  por lo tanto, se tiene que trabajar en el área de exploración. Esta es nuestra realidad”, advirtió Ríos.

Los acuerdos

 Trato Con la nueva adenda, se  establece un volumen de 10 MMmcd entre enero y abril; 14 MMmcd de mayo a septiembre y ocho MMmcd de octubre a diciembre de este año. En junio próximo se prevé negociar la sexta adenda, que dará fin al contrato de 2006.

Cambio En la quinta adenda se modifica la fórmula del precio que se tenía fijada en la adenda 4. Ahora se usa como base la Henry Hub, más 2,25 dólares por millar de BTU.

Argumento En la reunión con Ieasa, YPFB se justificó con la caída del precio internacional del petróleo y la pandemia, que postergó la inversión en campos productores de gas.

Fuente: Página Siete