Braskem anuncia la ampliación de sus esfuerzos para convertirse en una empresa carbono neutral en 2050. Para lograr la carbono neutral, la estrategia de la compañía se centrará en tres frentes de desempeño: (I) reducción de emisiones con enfoque en eficiencia energética, así como incrementar el uso de energías renovables en las operaciones actuales,

estableciendo alianzas orientadas a la innovación y tecnología; (II) compensación de emisiones con inversiones potenciales en la producción de químicos y polímeros de fuentes renovables; (III) capturar las emisiones de carbono a través de la investigación y el desarrollo para su uso como materia prima.

Entre los objetivos definidos, la compañía pretende, para 2030, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15% y ampliar su portafolio I’m green ™, que considera productos con enfoque en la economía circular, para incluir, para 2025, 300 miles de toneladas de resinas termoplásticas y químicos con contenido reciclado; llegando a 1 millón de toneladas de estos productos al 2030. Además, se trabajará para que en los próximos diez años se disponga de una disposición adecuada de 1,5 millones de toneladas de residuos plásticos.

El compromiso global de Braskem de convertirse en carbono neutral y eliminar la disposición inapropiada de los residuos plásticos en las próximas décadas demuestra que la empresa se erige como corresponsable ante el desafío de prevenir y combatir el cambio climático.

“Braskem tiene una larga trayectoria de acciones para crear un mundo más sostenible. Hemos invertido en fuentes renovables desde nuestra fundación en 2002 y, como pioneros y líderes en la producción de biopolímeros, hemos estado a la vanguardia en la creación de cambios positivos que impactan a las personas, la sociedad y el medio ambiente. Tenemos la intención de mantenernos a la cabeza en un momento en que la industria avanza hacia una economía circular neutra en carbono. Con las acciones de desarrollo sustentable que anunciamos hoy, esperamos alcanzar la neutralidad de carbono para el 2050 ”, señala Roberto Simões, presidente de Braskem.

La apuesta por la economía circular carbono neutral es el resultado de la evolución de la empresa que lleva más de diez años en el negocio, adoptando políticas y objetivos para tal fin, en la que los recursos ya no solo se exploran y descartan sino que se reutilizan en un nuevo ciclo.

A fines de 2019, Braskem ya había alcanzado el 70% de las metas relacionadas con la temática, planteadas en 2009 y revisadas en 2013, logrando resultados como una reducción del 20% en la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero; la viabilidad del mayor proyecto de reutilización industrial de agua del hemisferio sur; la producción y comercialización de productos y de origen renovable, como el plástico elaborado a partir de la caña de azúcar y, posteriormente, en la ampliación del portafolio de productos para la economía circular, con la llegada de EVA verde y resinas elaboradas a partir de plástico reciclado.

Las iniciativas de Braskem para las próximas décadas están en línea con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ONU), sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y con el Acuerdo de París para controlar los impactos del cambio climático.

“Nuestro propósito empresarial es mejorar la vida de las personas mediante la creación de soluciones químicas y plásticas sostenibles y, con la ampliación de nuestros esfuerzos para lograr estos objetivos, también podremos enriquecer aún más el debate sobre la importancia del plástico, especialmente para el desarrollo sostenible de la nuestro planeta. Seguiremos ampliando nuestras alianzas con clientes, proveedores y sociedad, buscando involucrar a otras empresas en la causa y, juntos, construiremos un mundo mejor ”, dice Jorge Soto, director de Desarrollo Sustentable de Braskem.

Cambios climáticos

Braskem seguirá enfocándose en sus proyectos de eficiencia energética y en incrementar el uso de energías renovables con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15% para 2030. Actualmente, el 43% del consumo total de energía de Braskem en Brasil ya ha proviene de una fuente renovable. La compañía anunció recientemente la firma de otro contrato a largo plazo para la compra de energía solar para los próximos 20 años, que debería evitar la emisión de 500 mil toneladas de CO2 a la atmósfera en las próximas dos décadas.

Además, la empresa continuará sus esfuerzos en el análisis de inversiones para el desarrollo de químicos y polímeros de fuentes renovables o en tecnologías que permitan a Braskem alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.

Cabe mencionar que el polietileno renovable, producido por Braskem a partir de la caña de azúcar y a escala industrial desde 2010, captura hasta 3.09 toneladas de CO2 por tonelada producida y fue reconocido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ( CEPAL) de las Naciones Unidas (ONU) y la Red del Pacto Mundial Brasil como uno de los casos más transformadores del desarrollo sostenible en Brasil.

Residuos plásticos

Braskem pretende ampliar su portafolio I’m green ™ con el objetivo de incluir, al 2025, 300 mil toneladas de resinas termoplásticas y químicos con contenido reciclado; y, para el 2030, 1 millón de toneladas de estos productos.

Actualmente, Braskem tiene en su portafolio productos de resinas termoplásticas con contenido reciclado y con las mismas propiedades, calidad y seguridad que los materiales elaborados con plástico virgen. Estas resinas con contenido reciclado se utilizan en diversos sectores como calzado, mobiliario, menaje y embalaje, entre otros.

Braskem, consciente de que las alianzas con los principales grupos de interés son un instrumento sólido para la gestión de los residuos plásticos, también pretende trabajar para brindar un destino adecuado de 1,5 millones de toneladas de residuos plásticos para el 2030. Una de las alianzas más recientes de la empresa fue anunció en octubre con Tecipar, empresa brasileña especializada en ingeniería ambiental, para evitar que más de 2 mil toneladas de residuos plásticos domésticos sean vertidos anualmente en el vertedero de Santana de Parnaíba, en la región metropolitana de São Paulo.

El volumen equivale a 36 millones de envases plásticos hechos de polietileno y polipropileno y se utilizará como materia prima para el desarrollo de soluciones más sostenibles para la industria del plástico.

Fuente: TN Petróleo