Un experto anticipa que lo que se percibe de aquí en adelante es que se viene una situación complicada y que las nuevas autoridades del sector deben pensar en planes para diversificar la economía.
El nuevo gobierno de Luis Arce Catacora asumirá el mando presidencial el domingo 8 de noviembre con un sector de hidrocarburos en su peor momento, desde la nacionalización en 2006, debido a que la mayor parte de las plantas que se construyeron son ociosas, las reservas y la producción de carburantes están en caída y no se tienen inversiones petroleras.
“No hay reposición de reservas, la producción de los campos está en descenso constante, hay una baja carga de crudo en refinerías, alta capacidad ociosa en las plantas, ubicación lejana de los mercados actuales de consumo, falta de materia prima (..)”, señala la Agenda de Reactivación Hidrocarburífera, que fue realizada por el Ministerio de Hidrocarburos e instituciones del sector.
Por ejemplo, en la planta GNL se observa que la capacidad utilizada es muy baja porque llega al 10%, es decir que desde que iniciaron sus operaciones, en julio de 2016, hasta diciembre de 2019, sólo se han producido un total de 20.369 toneladas métricas, cuando tiene una producción nominal por año de 75.600 toneladas.
En el caso de las operaciones de la planta de amoniaco y úrea, iniciadas en octubre de 2017, tuvo una producción acumulada de 642.653 toneladas métricas hasta 2019. Hoy está paralizada, pero tiene una capacidad de producción de 1.200 toneladas día de amoniaco y 2.100 toneladas por día de úrea. Se la construyó con una inversión de casi 960 millones de dólares.
ambién la agenda identifica que el régimen fiscal y contractual para las empresas inversoras no es atractivo. Se tienen plazos y procedimientos burocráticos para las actividades, falta de incentivos a la producción, altos costos operativos y baja rentabilidad de los campos.
Otra de las deficiencias señaladas es que la actividad de la exploración es a cuenta y riesgo de la empresa; la Agencia Nacional de Hidrocarburos, el ente regulador, no tiene las competencias definidas para regular y fiscalizar la cadena del sector.
“En conclusión, se puede afirmar que no ha existido suficiente actividad exploratoria en el país, que garantice la reposición de reservas, debido a que las reservas probadas de gas natural e hidrocarburos líquidos no han aumentado, lo que ha originado la paralización de proyectos”, según la agenda.
El 1 de mayo de 2006, el entonces presidente Evo Morales dispuso la nacionalización y dar al Estado el control absoluto de los hidrocarburos, con el fin de que Bolivia reciba ingresos por la explotación y la exportación de gas, pero a la fecha esos recursos están en descenso.
El experto en hidrocarburos Hugo del Granado afirmó que lo que se percibe es que se viene una situación mucho más complicada que lo que se señala en la agenda que presentaron en el ministerio.
“Entonces, bajo un escenario así tan fregado, es que de manera urgente tienen que diversificar la economía, invertir todos los recursos que se pueda para generar otras fuentes de ingresos para el Estado y que tienen que dejar de hacer planes optimistas para el sector de hidrocarburos, porque está demostrado que las posibilidades, pese a que hay potencial de encontrar algunos campos, no serán de significación”, sostuvo.
Por tanto, tienen que programar ingresos que no provengan de la exportación de gas natural y lo segundo que se puede recomendar al nuevo gobierno es que vuelquen su atención en los hidrocarburos no convencionales, como el que están en las rocas y areniscas, y que interesen a empresas que tengan experiencia en la explotación de este tipo de hidrocarburos.
Inversión y campos
Ejecución Denota que en el marco del Plan Sectorial de Desarrollo Integral de Hidrocarburos y el Plan Corporativo 2016-2020 de YPFB, se programó un total de 11.181 millones de dólares en inversiones para ese periodo, pero hasta mayo de este año, sólo se ejecutaron 3.981 millones de dólares, es decir un 36% del total programado.
Inversión Hay una inversión insuficiente en la actividad exploratoria, que se hace a obras y proyectos enfocadas al consumo de las reservas de gas y no a la reposición e incremento de estas.
Extracción En el país hay 65 campos en producción constante, entre petrolíferos y gasíferos, pero sólo cuatro de ellos aportan con el 79% en gas natural y de hidrocarburos líquidos. Los restantes, en su gran mayoría, se encuentran en declinación.
Aporte En esos cuatro están los denominados megacampos (Sábalo, San Alberto-Itaú, Margarita-Huacaya y Aquio-Incahuasi), que, a excepción de San Alberto, mantienen su nivel de producción con un número de pozos reducidos, que debe llamar la atención.
Producción El nivel de producción de gas natural registró un descenso desde 2014, cuando hubo un pico de 63,09 millones de metros cúbicos día (MMmcd) hasta llegar a 45,2 MMmcd en 2019.
Fuente: Página Siete