La declinación natural de los campos y la caída de las exportaciones de gas natural son los principales factores que conllevan a un considerable descenso de producción de hidrocarburos líquidos que, según pronósticos de la Fundación Jubileo, hasta 2025 bajará en al menos un 40 por ciento.
Expertos en hidrocarburos sugieren al Gobierno y a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) adoptar políticas inmediatas orientadas al aumento de la producción hidrocarburos líquidos, pues caso contrario en los próximos seis años el país tendrá que importar la totalidad de los combustibles que consume.
El estudio de Fundación Jubileo denominado “De la nacionalización a la importación de hidrocarburos”, con datos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), refleja que la producción de líquidos en 2019 llegó a un promedio 50.000 barriles por día (BPD) y pronostica que en la presente gestión quedará en al menos 47.000. No obstante, para 2025 la producción se habrá reducido a cerca de 28.000 BPD, es decir, una disminución de al menos un 40 con relación a 2020.
Al respecto, el analista en hidrocarburos Hugo del Granado considera necesario adoptar medidas que permitan reducir la capacidad ociosa de las refinerías (Gualberto Villarroel, Guillermo Elder Bell y Oro Negro) que pueden procesar hasta 68.000 BPD.
La primera alternativa que sugiere el especialista es incrementar la exploración, puesto que ello permitirá aumentar las reservas y los campos en producción. La segunda sugerencia es implementar un plan de recuperación mejorada en pozos que se encuentran en reserva, es decir, en campos maduros. Del Granado dice que esta es la alternativa que permitirá aumentar la producción de líquidos en menor tiempo.
Consultado sobre el tema, Bernardo Prado, analista en hidrocarburos, propone trabajar con alternativas diferentes que permitan aumentar la producción de líquidos. Señala, por ejemplo, que la producción de diésel en plantas de reciclaje de llantas usadas y otros materiales plásticos es una buena opción.
“Eso permitiría reducir un poco la importación o compensar la caída que se va a tener en cuanto a producción de líquidos. Yo creo que tenemos que ser un poco más inteligentes y pensar un poquito fuera de la caja y no abocarnos solamente a las producciones estándar y tradicionales”, dijo.
Prado aclara que Bolivia es un país gasífero y no petrolero, de modo que deberá continuar importando combustibles líquidos como gasolina y diésel. No obstante, afirma que esto representa un cáncer para el país, ya que está obligado a depender de proveedores extranjeros y, además, debe subvencionar el precio para el consumo interno. En consecuencia, sugiere buscar alternativas para reducir esta subvención.
A su turno, el analista y exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos afirma que la producción de petróleo viene en declinación hace más de una década y que en la actualidad produce cerca de 4.000 BPD, volumen que probablemente quedará en cero en los próximos cinco o seis años si no se hace nada para revertir esta situación.
Las refinerías producen combustibles como gasolina, diésel, jet fuel, GLP, entre otros, a partir del procesamiento de petróleo y condensado. Sin embargo, Ríos dice que al caer la producción de estos dos elementos el país deberá importar casi la totalidad de los combustibles que demanda en los próximos cinco o seis años.
Modificación de ley
Según Ríos, el único camino para incrementar la producción de líquidos es mejorar la reglamentación de la Ley 767 de promoción para la inversión en exploración y explotación hidrocarburífera. Explica que urge contar con reglamentos sencillos e incentivos para que las operadoras inicien proyectos de recuperación mejorada de producción de petróleo.
El analista también considera necesario iniciar proyectos de exploración de gas para contar con más condensado, aunque aclara que estas actividades son de largo plazo y además requieren de cambios en la Ley 3058 de Hidrocarburos y en la Constitución Política del Estado (CPE).
Asimismo, Prado sugiere modificar los reglamentos de la Ley 767 para que a las operadoras les resulte atractiva la extracción de petróleo, tomando en cuenta la caída del precio internacional. Añade que YPFB mantiene un precio congelado de 31 dólares por barril de petróleo, monto que no incentiva a las operadoras, las cuales optan por buscar gas.
Cabe mencionar que el ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, anunció el pasado 26 de mayo la elaboración de una agenda orientada a la recuperación del sector hidrocarburos y la reestructuración de YPFB. Señaló que se evaluará normas para contar con “incentivos reales”.
LÍQUIDOS
Producción bajó en 25% desde 2014
La producción de hidrocarburos líquidos en Bolivia en la gestión 2015 alcanzó un promedio de 63.000 BPD; sin embargo, en 2020, la producción se redujo a 47.000, lo que equivale a un descenso del 25 por ciento, según un estudio de la Fundación Jubileo.
El estudio “De la nacionalización a la importación de hidrocarburos” señala que los efectos negativos de la caída de la producción de líquidos y de carga a las refinerías recaen sobre la economía de YPFB Refinación, las operadoras, YPFB Casa Matriz y el resto de la cadena de actividades hidrocarburíferas.
Ley que devuelve 12% del IDH frena la exploración
El proyecto de Ley de Recuperación del 12 por ciento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) en favor de entidades territoriales autónomas y universidades públicas, que fue aprobado la semana pasada en la Cámara de Diputados y pasó a la de Senadores, representa un inconveniente para el sector hidrocarburos porque no podrá contar con los más de 500 millones de dólares para iniciar un programa exploratorio, indica que analista en hidrocarburos, Hugo del Granado.
El especialista afirma que el sector hidrocarburos, al igual que alcaldías y gobernaciones, está en emergencia por la compleja situación que atraviesa a partir de la caída del precio del petróleo y la reducción de las exportaciones de gas.
“La esperanza era que se utilice ese fondo y dedicarlo para el fin que fue creado, que es exploración. En la medida que ese fondo puede ser devuelto a las regiones, se va a detener ese apoyo económico y nos quedamos sin fondos para emprender un programa exploratorio de mayor intensidad”, dijo.
Del Granado argumentó que los más de 500 millones de dólares acumulados en dicho fondo, creado en la gestión 2016, es de suma importancia para el sector hidrocarburos, puesto que actualmente la liquidez en todas las entidades del Estado es muy baja y no hay otras posibilidades de conseguir recursos para incentivar la exploración y exploración.
Fuente: Los Tiempos