El Departamento de Comercio estadounidense rechazó un reclamo argentino y decidió mantener intactas las tarifas de importación de biodiésel (un 74%) desde nuestro país.
Era el principal producto de exportación a EE.UU.
La Argentina recibió un fuerte revés en su batalla para que Estados Unidos alivie los aranceles de hasta 74% que impuso en 2018 al biodiésel argentino, el principal producto de exportación a este país y que solía representar nada menos que unos 1.200 millones de dólares por año. El Departamento de Comercio estadounidense rechazó las demandas argentinas y decidió que las tarifas se mantendrán tal como fueron establecidas.
En una resolución de principios de mayo, que fue muy celebrada por los productores de la “América profunda” pero que había pasado desapercibida en las noticias, el Departamento de Comercio de Estados Unidos determinó finalmente que “no hay cambio de circunstancias” en cuanto al supuesto dumping y subsidios del biodiésel argentino que mereciera alguna modificación en las tasas estadounidenses que se habían impuesto hace dos años. Como resultado, las tarifas sobre este biocombustible que Argentina exporta a Estados Unidos permanecerán en el nivel en el cual se encuentran, entre un 72% y un 74%.
Consultado por Clarín, el embajador de nuestro país en Washington, Jorge Argüello, dijo que “la exportación de biodiésel ocupa un lugar importante en la agenda de la embajada argentina. Estamos trabajando en contacto con todos los sectores productivos argentinos y las autoridades de la administración estadounidense a los efectos de generar las condiciones propicias para mantener abierta la exportación del biodiésel argentino a Estados Unidos”.
Si bien la decisión aparentemente tiene carácter definitivo, la Argentina podría al menos intentar revertir este “mazazo” a través de varias iniciativas como el pedido de una nueva revisión administrativa al Departamento de Comercio, la apelación a la Corte de Comercio o una posible negociación de algún cupo con distintas tarifas. Pero aún se evalúan los pasos a seguir.
Es un momento complicado porque en noviembre hay comicios presidenciales en Estados Unidos y el sector agrícola ha apoyado al presidente Donald Trump, que busca su reelección. Sería difícil que prosperara alguna decisión que ponga estos meses de mal humor a los productores de la América profunda, que ya fueron golpeados por la guerra comercial con China y ahora con la caída de precios y producción de biocombustibles por la pandemia.
La pelea con el gobierno de Trump por los aranceles del biodiésel argentino comenzó en enero de 2018, cuando el Departamento de Comercio estableció que los productores estadounidenses se veían afectados por “prácticas injustas” del comercio argentino e implantó tasas por dumping (74%) y por subsidios (72%). El ministerio estadounidense dio así lugar a una acción iniciada por el National Biodiesel Board y un grupo de productores locales, que sostenían que el biocombustible argentino estaba subsidiado por las retenciones que se aplicaban a la soja y por lo tanto los fabricantes de ese combustible en Argentina compran la materia prima a menor precio.
La medida paralizó entonces los embarques hacia suelo estadounidense y fue un duro golpe para los productores argentinos, ya que nuestro país enviaba biodiésel por el equivalente a 1.200 millones de dólares y era la principal exportación hacia ese destino.
En noviembre de 2018 el gobierno de Mauricio Macri pidió que se revisara la medida porque habían “cambiado las circunstancias”, ya que las condiciones de los impuestos a la soja y sus derivados se habían modificado (se había aplicado también tasas al biodiésel) y por eso ya no merecían que Estados Unidos les aplicaran tarifas tan altas.
En julio de 2019 el departamento de Comercio emitió una decisión preliminar en la que sugería que podría eliminar la sanción por los subsidios, pero mantener las de dumping, un anunció que fue celebrado en la Argentina. Pero finalmente la cartera estadounidense se expidió definitivamente estos días y anunció que mantenían las tasas tal como estaban en los dos casos.
El National Biodiesel Board (NBB), la asociación que nuclea a los productores de biodiésel estadounidense, dijo que habían luchado por este resultado y que agradecía al secretario de Comercio Wilbur Ross y a la administración de Donald Trump “por apoyar a los productores locales de biodiésel en este momento crítico”, según dijo Kurt Kovarik, vicepresidente de asuntos federales de la NBB. “Estamos agradecidos por su consistente disposición para escuchar a la industria estadounidense del biodiésel. El Departamento de Comercio se tomó el tiempo necesario para evaluar completamente el estatus del régimen de impuesto de exportaciones argentinas y tomó la decisión correcta”. Y también dijo que los granjeros que cultivan soja también están agradecidos por esta decisión.
Fuente: Clarín – Argentina