Por la cuarentena que vive el país y las restricciones para circular, los 800 surtidores que hay en Bolivia han disminuido sus ventas entre el 80 y 95 por ciento, por lo que la pérdida económica para el sector supera los 16 millones de bolivianos, informó el presidente de Asociación Privada de Comercializadores de Hidrocarburos Líquidos y Gas Natural Comprimido (Asespri), Diego Ferrufino.
Por esa situación el sector se declaró en emergencia y solicita al Gobierno nacional el pago de la totalidad de las facturas por comercialización de gas natural vehicular (GNV), de marzo, abril y mayo, meses en los que rige la cuarentena.
También pide la eliminación de la multa por potencia no consumida de energía eléctrica de marzo, abril y mayo, considerando que la imposibilidad de venta no fue decisión de los propietarios de surtidores, sino por la emergencia sanitaria que vive el país. El Gobierno no se ha pronunciado aún sobre estas solicitudes.
Ferrufino indicó que la multa por potencia no consumida es un valor que se cobra se consuma o no la energía eléctrica. “Generalmente esto se consume, pero ahora por el bajo volumen de ventas, nuestra maquinaria no trabaja”, dijo.
16 MIL EMPLEOS EN RIESGO
La actual situación supone un riesgo a la continuidad de las empresas y una pérdida de más de 16 mil empleos en todo el país que hasta el momento han sido mantenidos.
El representante de los propietarios de surtidores indicó que la baja en la venta combustible depende del lugar donde esté ubicada la estación de servicio, pero las pérdidas son generales.