Se prevé una reducción del comercio mundial en 2020 de entre el 13% y el 32% como consecuencia de la perturbación de la actividad económica normal y de la vida causada por la pandemia de Covid-19 en todo el mundo, según las estimaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Sin embargo, también se prevé una recuperación del comercio en 2021, pero dependerá de la duración del brote y de la eficacia de las respuestas en materia de política, que los gobiernos tendrán que aplicar para reducir la desaceleración de la economía.

Casi todas las regiones sufrirán en 2020 disminuciones de dos dígitos del volumen del comercio, y las exportaciones se verán especialmente afectadas en América del Norte y Asia, señala.

Es probable que la caída del comercio sea más pronunciada en sectores caracterizados por la complejidad de las cadenas de valor, sobre todo en el caso de los productos electrónicos y de la industria del automóvil.

El comercio de servicios bien podría ser el más directamente afectado por la Covid-19 debido a la imposición de restricciones al transporte y los viajes.

El volumen del comercio de mercancías ya registró una desaceleración del 0,1% en 2019, lastrado por las tensiones comerciales y la ralentización del crecimiento económico. El valor en dólares de las exportaciones mundiales de mercancías se redujo en 2019 un 3%, a 18,89 billones de dólares EE.UU.

El valor de las exportaciones de servicios comerciales aumentó un 2% en 2019, a 6,03 billones de dólares EE.UU.

La amplia gama de posibilidades para el descenso previsto se explica por la naturaleza de esta crisis sanitaria sin precedentes y la incertidumbre en torno a sus repercusiones económicas concretas. Con todo, los economistas de la OMC piensan que el descenso probablemente sea mayor que el desplome del comercio registrado a raíz de la crisis financiera mundial de 2008-2009 (gráfico 1).

«Esta crisis es ante todo una crisis sanitaria, que ha obligado a los Gobiernos a adoptar medidas sin precedentes para proteger la vida de la gente», dijo el director General, Roberto Azevêdo.

«El inevitable descenso del comercio y de la producción tendrá dolorosas consecuencias para los hogares y las empresas, aparte del sufrimiento humano causado por la propia enfermedad», agregó.

«El objetivo inmediato es controlar la pandemia y mitigar los daños económicos a las personas, las empresas y los países. Sin embargo, los encargados de la formulación de las políticas deben empezar a planificar la etapa posterior a la pandemia,» dijo el Director General.

El comercio ya experimentaba una desaceleración en 2019 antes del ataque del virus, lastrado por las tensiones comerciales y la ralentización del crecimiento económico. El volumen del comercio mundial de mercancías registró un ligero descenso durante el año, del -0,1%, tras haber aumentado un 2,9% en el año anterior. Al mismo tiempo, el valor en dólares de las exportaciones mundiales de mercancías se redujo en 2019 un 3%, a 18,89 billones de dólares EE.UU.

En cambio, el comercio mundial de servicios comerciales aumentó en 2019, ya que las exportaciones en dólares se incrementaron un 2%, a 6,03 billones de dólares. El ritmo de expansión fue más lento que en 2018, año en que el comercio de servicios aumentó un 9%. En los cuadros 1 a 4 del apéndice se presenta información detallada sobre la evolución del comercio de mercancías y de servicios comerciales, señala la entidad internacional.

Perspectivas del comercio en 2020 y 2021

Es inevitable que la conmoción económica causada por la pandemia de Covid-19 invite a hacer comparaciones con la crisis financiera mundial de 2008-2009. Estas crisis son similares en ciertos aspectos, pero difieren mucho en otros.

Al igual que en 2008-2009, los Gobiernos también han intervenido a través de la política monetaria y fiscal para contrarrestar la recesión y proporcionar a empresas y hogares ayuda temporal a los ingresos.

Sin embargo, como consecuencia del recurso a restricciones al movimiento y al distanciamiento social con el fin de ralentizar la propagación de la enfermedad, la oferta de trabajo, el transporte y los viajes se ven hoy día directamente afectados como no se habían visto en la crisis financiera. Se han cerrado sectores enteros de las economías nacionales, como los de los hoteles, los restaurantes, el comercio al por menor no esencial y el turismo, así como partes importantes del sector manufacturero. En estas circunstancias, la elaboración de previsiones exige establecer hipótesis sólidas sobre el avance de la enfermedad y recurrir a datos estimados más que a datos comunicados.

Fuente: El Diario