El ministro de Energía de Rusia, Alexander Novak, debatió hoy con el secretario de Energía estadounidense, Danny Ray Brouillette, la situación del mercado del petróleo, y la posibilidad de superar los retos que se plantean actualmente, como la caída de la demanda y el exceso de producción de crudo.

«Los ministros destacaron que la caída de la demanda y el exceso de oferta en el mercado del petróleo no propician el desarrollo de la industria energética a nivel mundial y ponen en riesgo el suministro del mercado tras el inicio de la recuperación de la economía mundial», informó el Ministerio de Energía de Rusia.

De acuerdo con Moscú, ambas partes «destacaron la necesidad de hallar una respuesta constructiva a los restos existentes y continuar el diálogo».

También abordaron las posibles líneas de cooperación energética entre ambos países en el marco del G20 y el Banco Mundial (BM).

COYUNTURA DESFAVORABLE

Esta conversación tiene lugar dos días después de que los presidentes de EE.UU. y de Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, respectivamente, mantuvieran una conversación telefónica para buscar vías de cooperación en la lucha contra el coronavirus y la delicada situación en el mercado mundial del petróleo.

En su llamada telefónica, Trump comunicó a Putin «la importancia de la estabilidad en los mercados energéticos globales».

Durante una entrevista con la cadena de televisión Fox News horas antes de la conversación, Trump anunció que planeaba hablar con Putin sobre la falta de acuerdo entre Arabia Saudí y Rusia para reducir la producción de petróleo, que ha acentuado la caída de los precios del crudo.

«Nunca pensé que diría que quizá tengamos que aumentar el (precio del) petróleo, pero tenemos que hacerlo. El precio es demasiado bajo», afirmó.

El mandatario opinó que tanto Rusia como Arabia Saudí «se han vuelto locos» con su guerra de precios y que no quiere que esa situación «arrase el sector energético».

Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseveró la víspera que «sin lugar a dudas existe una comprensión de que la actual coyuntura de precios no favorece a ninguna de las partes», al comentar la conversación entre ambos mandatarios.

La alianza entre la OPEP, Rusia y otros nueve productores petroleros fracasó a principios de marzo en Viena, por primera vez desde que se fraguara en 2016, al no lograr un compromiso sobre un nuevo recorte de la oferta conjunta de crudo.

Seguidamente Arabia Saudí anunció rebajas sustanciales en el precio de su crudo y la intención de aumentar considerablemente su bombeo, tras lo cual los precios del «oro negro» se hundieron.

Mientras Riad busca ganar nuevos mercados en el sector petrolero, Rusia advierte que sus costes de producción y las reservas del país le permiten afrontar esta difícil situación, agravada además por la caída de la demanda de crudo a nivel global provocada por la pandemia de coronavirus, que ha paralizado sectores enteros de la economía mundial.

Fuente: CORREO DEL SUR